Los sanitarios del servicio de Urgencias del Hospital de la Ribera de Alzira no pueden más. La situación de colapso que ya han denunciado en anteriores ocasiones los profesionales, ha evolucionado recientemente hasta el punto de tener que instalar camas en los pasillos debido a la saturación de pacientes generada por la ralentización en las plantas de hospitalización para asumirlos. En denuncia de esta insostenible situación, los sanitarios se han concentrado este lunes a las puertas de Urgencias del centro valenciano.
En este escenario, el Colegio de Enfermería de Valencia (COENV) ha vuelto a denunciar el "colapso reiterado de este servicio de Urgencias", a la vez que han solicitado a la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana, encabezada por Miguel Mínguez, un "plan de choque que contemple una mejora de condiciones de trabajadores".
Y es que la saturación de las Urgencias en la Ribera es "un problema que afecta especialmente a los pacientes, usuarios del hospital y a sus familiares, pero también a los profesionales de este servicio que se ven desbordados e impotentes para ofrecer los cuidados y atenciones que requiere la población adscrita".
"Hemos llegado al límite de nuestra capacidad, estamos cansados física y psicológicamente"
La denuncia pública de los profesionales "solo persigue el bienestar de nuestros pacientes", razón por la cual han hecho un "llamamiento a la población, para que sea consciente que esta situación no es culpa nuestra, nosotros como personal sanitario la sufrimos de igual manera que vosotros", han defendido los sanitarios.
"A pesar del aumento de la plantilla tras la reversión, la gestión de los ingresos y las condiciones laborales, lamentablemente han empeorado. Una situación que no es ni mucho menos puntual y que provoca una saturación que obliga compartir espacio entre los pacientes críticos y los pacientes ingresados, sin ningún tipo de intimidad”, han lamentado los trabajadores.
Ante el constante colapso, “el personal de admisión tiene que resolver las constantes dudas de los familiares de los pacientes ingresados, dudas y desesperación que no ocurrirían si el paciente estuviera en la planta acompañado. Llevamos mucho tiempo insistiendo que el espacio y el personal es escaso para garantizar una asistencia de calidad y digna. Hemos llegado al límite de nuestra capacidad, estamos cansados física y psicológicamente”, concluye el Coenv.