La terapia inmunocelular CAR-T se erige como uno de los grandes agentes transformadores en la actualidad en el abordaje de enfermedades onco-hematológicas graves como la leucemia linfoblástica aguda (LLA) o el linfoma difuso de células B grandes.
Los denominados como medicamentos CAR-T están basados en la modificación genética de los linfocitos (células responsables de regular la respuesta inmunitaria del organismo), con el objetivo de que estas sean capaces de reconocer como extrañas las células cancerosas y poder destruirlas.
Estamos ante un tratamiento en que las unidades morfológicas del sistema inmunitario conocidas como células T, se modifican en laboratorio para que ataquen a las cancerosas. Para ello, los especialistas añaden el receptor de antígeno quimérico (CAR, por sus siglas en inglés chimeric antigen receptor) con el propósito de que las citadas células T se adhieran a las malignas y las destruyan.
En los tumores hematológicos, aquellos que se originan de las células sanguíneas, se expresan proteínas en la superficie de las células tumorales que pueden ser reconocidas por los anticuerpos. Hecho que ha posibilitado el desarrollo de las citadas terapias CAR-T.
Pero hoy vamos un paso más allá en el terreno de la inmunoterapia. Los hacemos poniendo el foco en la nueva estrategia de inmunoterapia contra el cáncer basada en obtener linfocitos que son capaces de atacar a los tumores sólidos. El Hospital General de Valencia es el centro responsable de la aplicación de este procedimiento experimental que, por el momento, se está desarrollando únicamente en dos pacientes con melanoma.
"El procedimiento consiste en extraer los linfocitos que están en el tumor, cultivarlos y multiplicar el número y, una vez se tienen grandes cantidades, volverlos a infundir al paciente"
Para conocer en profundidad este avance, en ConSalud.es hemos entrevistado a Alfonso Berrocal, jefe de sección del servicio de Oncología Médica del Hospital General de Valencia e investigador principal de este ensayo.
“El procedimiento consiste en extraer los linfocitos que están en el tumor, cultivarlos y multiplicar el número y, una vez se tienen grandes cantidades, volverlos a infundir al paciente. Previamente con quimioterapia se elimina la mayor parte de linfocitos del paciente para evitar que compitan unos con otros”, comienza explicando Berrocal.
El objetivo se centra en la obtención de células TIL del tumor (linfocito infiltrante de tumor) y hacerlas proliferar en un laboratorio para ser inyectadas de nuevo en el paciente. Un proceso que se ha denominado como autotrasplante de linfocitos infiltrante de tumores.
Estamos ante un tratamiento de alta complejidad ya que requiere que el paciente sea operado para poder extraer un fragmento del tumor y poder cultivar los linfocitos en el laboratorio. Sobre la necesidad de intervención "depende del lugar de obtención de la biopsia y el procedimiento que requiera, por lo general los propios de una cirugía mayor y de una quimioterapia a altas dosis”.
De esta forma se inyecta una cantidad superior a los 100.000 millones de linfocitos en cada paciente en una única sesión de tratamiento. Por el momento el procedimiento se está desarrollando dentro de un ensayo clínico. Este se encuentra orientado a pacientes que reúnen unas características muy determinadas.
"Previamente con quimioterapia se elimina la mayor parte de linfocitos del paciente para evitar que compitan unos con otros"
Berrocal explica que las biopsias son enviadas a Estados Unidos donde se prepara la proliferación de estos linfocitos extraídos del tumor y son devueltos ultracongelados para volver a ser inyectados en el paciente. “La tecnología está disponible en Europa y España para obtener los linfocitos TIL. En este caso se realizan en Estados Unidos por ser el proveedor del ensayo”, añade.
Como ya hemos visto este procedimiento, por el momento, se está llevando a cabo en un ensayo clínico con pacientes que reúnen unas características muy determinadas. “Los resultados preliminares en pacientes con melanoma muestran unas respuestas de un 38% en pacientes en los que habían fracasado todos los tratamientos previos”.
En este sentido señala que “la previsión es ir desarrollando el procedimiento en otros tipos de tumores sólidos”.
LA DIFERENCIA CON LAS TERAPIAS CAR-T
“Los CAR-T son linfocitos modificados genéticamente y son de utilidad en tumores hematológicos. Los TILs son los linfocitos que están en el tumor y lo han reconocido que se 'cultivan' para tener grandes cantidades de ellos”, explica el investigador.
“La inmunoterapia actual se basa en fármacos que controlan las respuestas del sistema inmune y se ha convertido en una parte esencial del tratamiento del cáncer. Dado que hay pacientes resistentes a este abordaje, se buscan otras alternativas para abordar el problema”.
Sobre la terapia celular adoptiva (los linfocitos del paciente se modifican de alguna forma para que reconozcan al tumor y lo destruyan) señala que su objetivo central “es usar directamente los linfocitos y está estavblecida en tumores hematológicos e iniciándose en tumores sólidos”.
“La investigación clínica de nuevos tratamientos depende en gran medida de la industria farmacéutica y tiene un nivel alto en España. La red sanitaria que disponemos facilita que los pacientes puedan ser remitidos y tratados en los centros donde hay investigación”, concluye.