La técnica Neuro-Hifu permite a los pacientes con temblor esencial recuperar su autonomía

El doctor Vicente Belloch, director científico del Área de Imagen, explica en ConSalud.es los pormenores de esta técnica destinada al tratamiento de enfermedades degenerativas del cerebro.

Rafa, de 50 años, paciente Neuro-Hifu tratado en Valencia (Foto: Ascires Grupo Biomédico)

"Tremendamente liberador". Así define el doctor Vicente Belloch, director científico del Área de Imagen de Ascires Grupo Biomédico, lo que supone para los pacientes con temblor esencial someterse al tratamiento Neuro-Hifu (High Intensity Focused Ultrasound), una técnica pionera que la entidad ha implantado en Valencia y que supone un enorme avance en el tratamiento de las enfermedades degenerativas del cerebro.

En una entrevista concedida a ConSalud.es, el especialista explica que este procedimiento, dirigido a combatir el temblor esencial y algunos tipos de Párkinson, "se basa en la utilización de ultrasonidos, que lesionan un tipo de neuronas muy específicas y que se encuentran en una zona del cerebro denominada tálamo".

"El principio de esta técnica se puede asimilar al de una lupa, es decir, concentrar la energía de múltiples haces de ultrasonidos en un punto concreto del cerebro". Unos ultrasonidos, prosigue el experto de Ascires Grupo Biomédico, "que alcanzan una temperatura muy alta, destruyendo las neuronas causantes de la enfermedad".

El procedimiento, que se realiza en tan solo dos o tres horas según el paciente, cuenta también con un minucioso trabajo previo: "primero hay una evaluación por parte del neurólogo, que analiza si el paciente es óptimo y si está en la fase adecuada de la enfermedad; después se hacen pruebas como la resonancia o el TAC para averiguar si los ultrasonidos pueden acceder al cerebro con la energía suficiente y, por último, hay que planificar las coordenadas para conocer con exactitud dónde está el blanco de actuación".

Al permitirles recuperar su autonomía, la técnica Neuro-Hifu supone un "cambio absoluto" para los pacientes. "Hay pacientes que no pueden valerse por sí mismos: no son capaces de alimentarse, mantener su higiene corporal o hacer las actividades normales de su vida cotidiana", explica el doctor Belloch, quien añade que el tratamiento no precisa de convalecencia.

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