“Los servicios de Medicina Preventiva estamos crónicamente saturados desde hace décadas. Y ante esta situación, la Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana ha respondido recortando aún más recursos”. Así es como describe la situación de los preventivistas valencianos el presidente de la Sociedad Valenciana de Medicina Preventiva y Salud Pública (Svmpsp), el Dr. Juan Navarro.
La actividad de vacunación se ha multiplicado por diez en los últimos años a raíz de la popularización de los viajes al extranjero y la llegada de la Covid-19, y esta situación de saturación no parece que vaya a ir a mejor, una vez que la demanda de vacunas va a aumentar con la llegada del verano. Y todo ello ante la inacción de la Conselleria de Sanidad de la Comunidad Valenciana, ahora con Miguel Mínguez a la cabeza tras la reciente marcha de Ana Barceló.
“Es una locura. Tenemos menos recursos que nunca y seguimos con la misma demanda de trabajo. Hay que estar vacunando urgentemente a gente que necesita la tercera dosis para viajar o se va a países tropicales y además tenemos que vacunar a inmunodeprimidos con necesidades específicas. Y a esto la Conselleria ha respondido el 1 de mayo, quitando todos los recursos Covid que teníamos. Estamos en una situación de tormenta perfecta”, apunta Navarro.
Y es qye el pasado 1 de mayo, la Conselleria de Sanidad de la Comunidad Valenciana suprimió 11 plazas de médicos y 31 de enfermería que permitían a los servicios de Medicina Preventiva combatir la pandemia de Covid y atender diversas campañas de vacunación, como las vacunas de coronavirus y de zóster para enfermos inmunodeprimidos. “Ha sido un recorte brusco, un tijeretazo a los recursos que no tiene sentido. La pandemia se irá y se está yendo, pero no lo hará el 30 de abril porque lo diga la Conselleria. El 1 de mayo hemos tenido que seguir haciendo lo mismo que el 30 de abril”.
“Esta misma mañana he tenido que decirle a dos señoras que no las podía vacunar del papiloma humano porque no teníamos la vacuna”
Ante esta situación, los preventivistas valencianos han tenido que “apañarse”, haciendo jornadas de tarde o doblando jornadas, pero ni así consiguen llegar a todo. “La consecuencia es que se deteriora la calidad de la atención”, asegura el presidente de la Svmpsp.
“Y SI LE SUMAS EL DESABASTECIMIENTO DE VACUNAS…”
Fiebre tifoidea, fiebre amarilla o hepatitis A, son algunas vacunas frecuentes entre viajeros que escasean en los servicios de Medicina Preventiva de la Comunidad Valenciana. Además de estos pinchazos necesarios para viajar a según qué países, otras vacunas como la del papiloma humano, también faltan. “Esta misma mañana he tenido que decirle a dos señoras que no las podía vacunar porque no teníamos la vacuna”, comenta Navarro. Se trata de vacunas que se inoculan a las niñas de 13 años y además, a las mujeres con lesiones o infecciones con o sin conización por virus del papiloma humano. “Son vacunas indicadas que financia la sanidad pública, pero no siempre las tenemos”.
Esto se debe, “reconocido por la propia Administración”, a que muchos concursos hechos por el Ministerio de Sanidad, que es quien reparte las vacunas a las Comunidades Autónomas, quedaron “desiertos”. “Probablemente porque la Administración pagaba demasiado barato las vacunas y las empresas no quisieron suministrarlas a ese precio”, apunta el preventivista. Si bien las autoridades responsables deberían haberse ocupado de comprar las inyecciones por otras vías, no lo hicieron, por lo que faltan vacunas.
“Las vacunas ayudan a controlar enfermedades e incluso a que desaparezcan, no solo el Covid”
“Con el verano se prevé una avalancha de vacunaciones: tanto de viajeros a zonas tropicales como los que necesitan el certificado Covid”. Y es que la falta de coordinación entre países sobre la pauta completa de la vacuna, se traduce en que en algunos países no sea necesario estar vacunado con las tres dosis a partir de X meses, pero en otras sí. “Si te piden la vacuna en el aeropuerto, la tienes que conseguir y pronto”, explica Navarro.
LOS SERVICIOS DE PREVENTIVA, LOS GRANDES OLVIDADOS
Preguntado por si esta situación se ve agravada por la falta de reconocimiento de los preventivistas por parte de la sociedad y la Administración, Navarro lo tiene claro: “Sin duda”. “Las inmunizaciones forman parte esencial de la salud de las personas en los países desarrollados, no solo en niños, sino en enfermos crónicos y personas inmunodeprimidas”. Solo este año, los preventivistas valencianos inocularán más de 200.000 vacunas, muchas de ellas de forma individualizada para cada paciente. Se trata de una “gigantesca labor con un beneficio para la salud muy importante que tiene que tenerse en cuenta”.
Pese a que la Conselleria ha hecho suyo el mensaje sobre la importancia de la vacunación, estas palabras no se han materializado en acciones. “En el Plan de la Salud de la Conselleria, que es de 2016 a 2020, pero está prorrogado, solamente se incluye un indicador de los cientos que hay, sobre si estamos vacunando bien. Solamente se incluye el indicador de la vacunación de gripe en mayores de 65 años, es un indicador muy rancio y pasado, necesitamos más”, defiende Navarro. Y si en un año normal se ponen unas 2,2 millones de vacunas, con la llegada del Covid-19 se han puesto más de 11 millones. “Las vacunas ayudan a controlar enfermedades e incluso a que desaparezcan, no solo el Covid”.
Estas reivindicaciones han llevado a los preventivistas a pedir reuniones con Mínguez y su equipo en diferentes ocasiones. Con todo, estas peticiones aún no han sido atendidas.