Ana Barceló llegó a la Consejería de Sanidad en junio de 2018 después de que su antecesora Carmen Montón fuera nombrada Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Este año al frente de la consejería ha sido suficiente para que Ximo Puig haya decidido que continúe cuatro años en el puesto, de hecho, tomará posesión a las 10.30 horas.
El año de Barceló al frente de la Consejería ha estado marcado por luces y sobras. Los puntos más polémicos han sido el informe anual de la FADSP que concluye que el sistema sanitario de la Comunidad Valenciana es el segundo peor de España.
El estado de las listas de espera es uno de los puntos más polémicos con el que ha tenido que lidiar Barceló
Otra de las polémicas que ha marcado el último año han sido las listas de espera. La Comunidad Valenciana es una de las que tiene una mayor tasa de pacientes en listas de espera. Aunque en los últimos meses la polémica no ha girado en torno a los datos sino a los no datos. Y es que la consejería debería haber publicado en el mes de abril los datos correspondientes al primer trimestre del año, algo que no se ha producido.
Según fuentes de la consejería los datos se conocerán a partir del mes de julio y corresponderán al total del primer trimestre. Una medida que el departamento de Barceló justifica en las fiestas, ya que las fallas y Semana Santa son periodos que provocan demoras en la sanidad por lo que los datos no serían fiables.
Barceló ha seguido las líneas heredadas por su antecesora. Y en el poco más de una año que ha estado al frente de Sanidad ha marcado su discurso por la defensa de la sanidad pública o la eliminación del copago farmacéutico.
Además, la Consejería de Sanidad ha apostado en el último año por continuar con los procesos de reversión de aquellos hospitales públicos a los que les están acabando las concesiones privadas. El departamento de Barceló tiene el foco puesto en el Hospital de Denia.
A pesar de que la reversión de estos hospitales busca mejorar la sanidad pública de la comunidad. Tanto Montón como Barceló han recibido muchas críticas respecto a la gestión. De hecho, desde la reversión del Hospital de Alzira hace un año ha habido una oleada de despidos, la gran mayoría los han declarado improcedentes y los dirigentes han tenido que ser readmitidos.