El número de pacientes de 70 o más años diagnosticados de cáncer es cada vez más elevado. Esto se debe a que la edad es un importante factor de riesgo en la patología oncológica, pero la tasa de supervivencia va en aumento gracias a los avances en Oncología Médica. En este sentido, cada vez hay más pacientes que superan su neoplasia y envejecen, o que se hacen mayores con su enfermedad tumoral, gracias a nuevos tratamientos como la inmunoterapia.
En este contexto, La Fe ha creado un grupo de trabajo en el que profesionales de Oncología, Geriatría, Hospitalización a Domicilio, Urología y Radioterapia se coordinan para maximizar el bienestar de cada paciente oncológico de edad avanzada. Actualmente se ha atendido a un centenar de personas y los resultados son positivos.
Vicente Campos: "La Fe aborda este desafío de forma multidimensional, ya que se busca tratar cada caso desde todos los puntos de vista"
El subdirector médico del hospital, Vicente Campos, ha afirmado que La Fe aborda “este desafío de forma multidimensional, ya que se busca tratar cada caso desde todos los puntos de vista. Es decir, se valora el grado de funcionalidad del paciente, si tiene otras enfermedades, si está polimedicado, su estado anímico y cognitivo y su situación sociofamiliar. Además, en todo momento, se incorporan sus voluntades y deseos”, ha añadido.
La prueba piloto de valoración oncogeriátrica ha arrancado en el campo de la Urología, y está liderada por la jefa de sección de Oncología Médica, Regina Gironés, junto a la geriatra Silvia Forcano, y la farmaceútica Ana Padilla, entre otros profesionales. En ella, el equipo integrado por personal facultativo y de enfermería se desplaza al domicilio del paciente para completar su historia clínica con información de primera mano.
Con quién vive, la exposición a riesgos como caídas o la toma de medicación son algunos de los datos recogidos. “De este modo, los datos objetivos sobre sarcopenia (pérdida de masa muscular) y fragilidad o dependencia se analizan en el contexto real de la persona para individualizar al máximo su tratamiento oncológico”, ha explicado Regina Gironés.
Gracias a la valoración oncogeriátrica de los primeros 100 pacientes se han evitado cirugías mayores de próstata y vejiga en el 62 % de los pacientes, suprimido o adaptado el 44 % de las quimioterapias propuestas, reducido el 27 % de las radioterapias y desaconsejado la prescripción de hormonoterapia antiandrogénica en el 68 % de los casos.
A su vez, en el 75% de los casos se ha indicado la preparación física y psicológica previa al tratamiento oncológico para optimizarlo y reducir posibles efectos secundarios. Además, con esto se mejoran los resultados oncoespecíficos y se reduce la toxicidad. Por otro lado, en el 25% restante se han identificado necesidades de abordaje paliativo.
“Con estos ajustes, se ha buscado alcanzar un equilibrio entre la terapia contra el cáncer y el bienestar máximo de la persona, o lo que es lo mismo, tratar su enfermedad de un modo eficiente pero que no agrave su grado de dependencia”, ha señalado Gironés.
Regina Gironés: “Con estos ajustes, se ha buscado alcanzar un equilibrio entre la terapia contra el cáncer y el bienestar máximo de la persona"
La valoración oncogeriátrica puesta en marcha de forma piloto en La Fe también contempla la deprescripción farmacológica. De acuerdo con la doctora Padilla, se trata de “revisar y reducir la cantidad de medicamentos que un paciente mayor toma, especialmente aquellos que pueden ser inapropiados, innecesarios o potencialmente dañinos por sus efectos secundarios o interacciones”.
Los primeros resultados publicados por el equipo de valoración oncogeriátrica de La Fe se han presentado en las VII Jornadas Nacionales de Oncogeriatría, que se han celebrado en el hospital. Además, se han revisado controversias, por ejemplo, en relación con el cribado del cáncer de próstata a partir de los 70 años.
En este sentido, el médico del servicio de Urología de La Fe, Manuel Martínez, ha enfatizado la necesidad de un enfoque personalizado para evitar el sobrediagnóstico y sobretratamiento en algunos pacientes. Para ello, La Fe tiene un protocolo propio que evalúa por edad los rangos de PSA (indicador de la patología) y la necesidad de valorar por Geriatría de la expectativa de vida de la población mayor para adecuar los recursos terapéuticos.