Las enfermeras valencianas que trabajan en residencias están en desigualdad frente a otros compañeros. Así lo ha denunciado el Colegio de Enfermería de Valencia, que advierte que las enfermeras que prestan servicio en las residencias públicas de personas mayores sufren un agravio a la hora de ser puntuadas por su experiencia laboral en las oposiciones, en comparación con otros sanitarios.
Prueba de ello es la última resolución, de 22 de junio de 2021, de la directora general de Recursos Humanos para la convocatoria del concurso-oposición actual, para la provisión de vacantes de enfermera de instituciones sanitarias de la Consejería de Sanidad Universal y Salud Pública de la Comunidad Valenciana, con Miguel Mínguez a la cabeza. En esta, "se evidencia que las enfermeras de residencias se quedan sin opciones a la hora de lograr puntos por su trabajo, frente a sus compañeros de Sanidad".
En este texto legal y según recoge el Colegio de Enfermería de Valencia, se establece que "cualquier trabajador de diferente categoría a enfermera - como puede ser la más baja, que es celador - que desarrolle sus funciones en Sanidad, puntúa 0,12 por mes, igual que los enfermeros que dependen de la Consejería de Igualdad y Políticas Inclusivas, pero con el agravante de que a estas últimas se les limita la baremación hasta un máximo de 5 puntos, mientras que el resto de trabajadores de Sanidad pueden obtener un total de 50 puntos por su tiempo trabajado o experiencia".
"Todos estos agravios profesionales se producen porque la Consejería de Igualdad ofrece unas condiciones de contratación diferentes a las de Sanidad, con menor flexibilidad y mayor burocracia"
El problema de base, en opinión de las enfermeras valencianas, es que estas profesionales "paradójicamente, carecen de la consideración de personal sanitario porque no pertenecen a la Consejería de Sanidad", sino que están adscritas a la Consejería de Igualdad y Políticas Inclusivas, dirigida por Aitana Mas Mas. Se trata de "una circunstancia que supone peores condiciones laborales en aspectos profesionales, remuneración económica, formación, reconocimiento, desarrollo o movilidad".
Esta desigualdad no se queda solo en las OPE, sino que, además, las horas trabajadas de las enfermeras de residencia tampoco se valoran igual: "Mientras que una hora nocturna en Sanidad se contabiliza como 1,25 horas a efectos de jornada laboral anual, a las enfermeras dependientes de Igualdad les cuentan las horas de las noches igual que las horas de día. Si se tiene en cuenta que trabajan de media una noche a la semana, al final del año han trabajado 130 horas más de jornada anual que las enfermeras de Sanidad", apunta el Colegio.
"Todos estos agravios profesionales se producen porque la Consejería de Igualdad ofrece unas condiciones de contratación diferentes a las de Sanidad, con menor flexibilidad y mayor burocracia. Un ejemplo se halla en la dificultad para sustituir días sueltos de asuntos propios, ingresos familiares, etcétera. De ahí que una gran parte de las jornadas laborales se realicen con servicios mínimos, con el desgaste físico y mental que conlleva. Según el perfil profesional, a veces tardan varios meses, incluso un año o más en contratar a alguien. Además, hay que añadir la burocracia de la Consejería de Igualdad que genera que, en muchas ocasiones, los sustitutos tarden hasta 3 meses en empezar a cobrar su sueldo".
Esta situación se traduce en que "cada vez es más difícil encontrar personal de Enfermería para las residencias porque son muy pocos los profesionales que están dispuestos a trabajar en los centros dependientes de la Consejería de Igualdad", antes llamada Consejería de Bienestar Social. Por ello, la presión asistencial ha empeorado en los últimos años sin que se hayan tomado medidas para solucionar la falta crónica de personal, "pese a las constantes reclamaciones que se llevan haciendo desde el sector sociosanitario de Enfermería para que se les equipare con sus compañeros de Sanidad", concluye el Colegio de Enfermería de Valencia.