La Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana ha devuelto en las últimas semanas en torno a 240.000 dosis de las vacunas frente al Covid-19 de AstraZeneca y de Janssen.
Las vacunas, según apunta La Información, se han enviado de vuelta al Ministerio de Sanidad antes de que éstas caduquen con el propósito de que formen parte de los lotes que España está enviando a otros países que tienen menos recursos.
Desde la región valenciana defienden que a día de hoy están administrando las dosis de Pfizer y Moderna, y que no les ha caducado ninguna
Actualmente, las dosis de AstraZeneca no se están administrando entre la población tras la decisión del Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas a raíz de los efectos trombóticos detectados. Igualmente, las de Janssen, principalmente para mayores de 40 años, tampoco se están poniendo ya que la campaña de vacunación avanza hacia grupos de edad más jóvenes.
La Comunidad Valenciana, junto al resto de autonomías, quieren evitar que se produzca lo ocurrido en Cataluña, donde han admitido que tienen vacunas caducadas. En todo caso, desde la región valenciana defienden que a día de hoy están administrando las dosis de Pfizer y Moderna, y que no les ha caducado ninguna.
SEGUIR LAS DIRECTRICES DE SANIDAD
Por otra parte, desde la Consejería de Sanidad se está siguiendo también los criterios marcados por las compañías farmacéuticas y el propio Ministerio de Sanidad. La pauta marcada por el Gobierno central antes vacunas frente al Covid-19 que estén caducadas o próximas a caducar es “no tirar ninguna”.
Preguntado sobre este asunto por ConSalud.es, Sanidad ha precisado la complejidad que supone determinar si una vacuna está caducada o no. “Depende del periodo de estabilidad de cada vacuna. Algunas tienen un periodo o dos. Cambia en función de si están congeladas o descongeladas y depende de la compañía farmacéutica”, apuntan fuentes ministeriales a este medio.
Fuentes ministeriales apuntan a este medio que la única pauta que existe es practicar la política de “no tirar ninguna vacuna”
En esta línea, redundan en que se trata de un método de actuación que está “en constante actualización”. Esto se debe a que son vacunas desarrolladas hace muy poco tiempo y sobre las que cada día se saben datos nuevos. “Por ejemplo, de la vacuna de Pfizer ha cambiado el periodo de efectividad de 6 a 9 meses. Esto también afecta sobre el proceso de destrucción de vacunas”, añaden.
A pesar de ello, de alguna forma el Ministerio de Sanidad traslada la consulta a las comunidades autónomas por el hecho de que son ellas las que administran las dosis, las que deciden cuántas descongelan al día, etc. “Desde Sanidad se envían las vacunas a las comunidades autónomas, pero no tenemos el control de las que se descongelan cada día, ni sabemos en qué periodo de estabilidad están”. Esto, precisan, “nos impide saber el estado de cada región”.
En todo caso, fuentes ministeriales apuntan a este medio que la única pauta que existe es practicar la política de “no tirar ninguna vacuna”. Así, citan los procesos de donación puestos en marcha a nivel internacional, como COVAX, en los que España permanece activo para que no se deseche ninguna dosis. Mientras tanto, si llega el caso de que una dosis caduca y hay que desecharla, apuntan hay que hacerlo “como cualquier otro medicamento o vacuna”.