El pasado 28 de mayo los valencianos decidieron dar un giro político a la la comunidad después de ocho años de gobierno de Ximo Puig. En el contexto sanitario una de las grandes reformas que realizó el Ejecutivo del Botánic fueron las reversiones sanitarias. En concreto, el gobierno valenciano llevó a cabó las reversiones de los hospitales de La Ribera (Alzira) y Torrevieja. Esta estrategia pasó por retornar a la gestión pública a los centros que venían siendo administrados por empresas privadas.
En el horizonte queda la reversión del Hospital de Denia y el de Manises, que entraba en los planes del anterior ejecutivo. La posición del nuevo president de la Generalitat, Carlos Mazón, no había quedado clara durante la campaña electoral y una vez en el cargo, parece que quiere resolver el problema de forma inmediata. De hecho, la problemática ha salido a relucir en la primera reunión del Consejo de Gobierno. El líder del Gobierno valenciano ha garantizado que se llevará a cabo una auditoría sobre el estado de la sanidad valenciana, departamento por departamento, de manera "pormenorizada, rápida y rigurosa" para decidir sobre el futuro de las reversiones a gestión pública.
"Al albur de estos estudios iremos tomando las decisiones oportunas en todos los ámbitos", ha subrayado en rueda de prensa tras el primer pleno del Consell, celebrado este viernes en Alicante, al ser preguntado por las reversiones.
Mazón ha destacado que el conseller de Sanidad, Marciano Gómez, ya explicó "claramente" este jueves su intención de realizar estas auditorías de las áreas de salud "tengan o no tengan instalaciones en colaboración público privada".
El titular de Sanidad, que fue miembro destacado de la Conselleria durante el proceso de privatización de la gestión del Hospital de la Ribera, ha asumido el cargo cuando ya ha puesto en marcha el proceso para la reversión del Hospital de Dénia y el de Manises, mientras el de Elx-Crevillent termina contrato en 2025.
Tras recoger su cartera este jueves, Marciano Gómez garantizó que se acometerá una auditoría de "todo el sistema sanitario público" para "tomar las decisiones". "No me voy a precipitar --remarcó-- no voy a andar con sectarismos ni con principios ideológicos, sino con los principios de esfuerzo, eficiencia y, si puedo, de excelencia".
"ERRORES DEL PASADO"
Tanto en Alzira como en Torrevieja la gestión pública ha venido generando un creciente malestar en las plantillas de estos centros hospitalarios desde que se hizo efectiva la reversión. Una vez que se realicen las auditorías, queda por saber qué pasará con la gestión, así como la de los otros dos hospitales que se pretendían "revertir", Denia y Manises.
Por parte del grupo Ribera, encargado hasta entonces de la gestión de Alzira y Torrevieja, su presidente Alberto De Rosa, ha trasladado a ConSalud.es el deseo de que el nuevo ciclo político sirva para evitar errores del pasado y se muestra partidario de que “el nuevo gobierno autonómico audite la pésima gestión realizada desde las reversiones, puesto que ya hay dos ejemplos para valorar objetivamente”.