Atención sanitaria en Paiporta después de la DANA: “Rescatamos a una señora que iba a suicidarse”

Carmen Casal, enfermera del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU) de la Comunidad Valenciana, nos explica la atención que están brindando y denuncia la tardanza en la organización de los equipos de asistencia y la falta de formación en estas situaciones

Ambulancia del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU) de la Comunidad Valenciana (FOTO: Generalitat Valenciana)
Ambulancia del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU) de la Comunidad Valenciana (FOTO: Generalitat Valenciana)
Manuel Gamarra
4 noviembre 2024 | 19:30 h

Son las ocho de la tarde en Paiporta, Valencia. Carmen Casal, como viene haciendo desde hace casi una semana, se prepara para una nueva jornada de trabajo que la mantendrá despierta alrededor de doce horas, hasta las ocho de la mañana. “Armada” con botas, ropa térmica y linternas, sale en una ambulancia al rescate de todas aquellas personas que siguen encerradas en sus casas después de haberse llevado la peor parte de la DANA que ha azotado a la provincia levantina en los últimos días. Carmen es enfermera del SAMU (Servicio de Ayuda Médica Urgente) en la capital del Turia, a solo cuatro kilómetros de Paiporta, y hace lo que puede para, junto con miles y miles de otros profesionales sanitarios desplegados en la región, minimizar los daños humanos.

“Todo funciona con el boca a boca, porque las comunicaciones casi siempre están fallando. Una persona nos comenta que su vecina no se encuentra bien y nosotros vamos allí, o nos llega una llamada del 112 y vamos a su domicilio. También estamos atendiendo a los voluntarios que se resbalan por el barro, o que se hacen un corte al intentar sacar material de un bajo, y a los pacientes heridos que pueden llegar al puesto de asistencia sanitaria por sus propios medios”, explica la enfermera valenciana en una entrevista concedida a ConSalud.es.

Carmen Casal, junto a una ambulancia

Pero el problema, insiste, está en las comunicaciones terrestres. “Como muchas veces no hay carreteras, no tenemos la posibilidad de llegar a esa gente, así que tampoco sabemos qué es lo que necesitan en sí. Llegamos a una calle y no sabemos qué nos vamos a encontrar detrás de una puerta, o la cantidad de personal que tenemos, o cuánta gente está con falta de oxígeno o de un medicamento porque tiene una afección crónica… en cuanto se abra alguna calle, intentaremos ir puerta por puerta y preguntar a la gente qué es lo que necesitan”, indica Carmen Casal.

“Como muchas veces no hay carreteras, no tenemos la posibilidad de llegar a esa gente, así que tampoco sabemos qué es lo que necesitan en sí"

Durante todo este tiempo, la enfermera de Urgencias ha visto situaciones muy duras. Por ejemplo, comenta, en uno de los primeros días posteriores a la DANA, tuvieron que atender a una señora que se quería suicidar, sobrepasada por tantos desbordamientos que habían ocurrido en su calle: “No pudimos hacer otra cosa que sacarla cuanto antes de ese sitio, que le estaba generando muchísima ansiedad y estrés. Si las personas que estamos entre comillas entrenadas para esto nos encontramos sobrepasadas, imagínate el resto de la población…”.

La patología psicológica, asegura, es la más frecuente que tienen que tratar desde los servicios de emergencias, por delante de cualquier otra de carácter físico. “Hay muchas crisis de ansiedad. Piensa que es gente que en cuestión de segundos lo han perdido todo, así que tratamos de servirles como pilar de apoyo”, señala Casal sobre una situación a la que nunca antes se había enfrentado en sus 28 años de carrera profesional y que, aunque lógicamente le toca muy de cerca, este hecho también le está sirviendo para brindar una mejor ayuda psicológica que la que quizás podría prestar alguien de fuera de la Comunidad Valenciana. “Esto ha ocurrido en mi casa. Yo soy de aquí, vivo aquí, entiendo cómo somos los valencianos y lo que puede ser esto”, lamenta la enfermera del SAMU.

A pesar de ello, toda ayuda que venga de fuera es bienvenida. La Conselleria de Sanitat habilitó el viernes pasado un registro para personal del ámbito sanitario de toda España dispuesto a colaborar como voluntario en las zonas afectadas por la DANA, y en solo un día ya se habían apuntado más de 21.000 personas. En las facultades de Enfermería de Valencia, además, están pidiendo a los alumnos que acudan a ayudar a los hospitales, puesto que muchos de sus médicos y enfermeros están, como la que hoy nos atiende, desplegados por estas zonas.

COORDINACIÓN LENTA Y FORMACIÓN INSUFICIENTE

Sin embargo, la organización sigue yendo muy lenta, demasiado para una situación así. Carmen Casal es una de esas muchas profesionales que se inscribió en el citado registro promovido por la Comunidad Valenciana al poco de su salida -“fui de las primeras”-, y minutos antes de atender a nuestra llamada ha recibido el primer mensaje por parte de la Conselleria. “Me confirman que han recibido correctamente mi solicitud, pero que todavía están distribuyendo al personal. Yo tengo la suerte de trabajar en el servicio de Emergencias, que se ha activado desde el minuto cero, pero conozco a muchos enfermeros que todavía están esperando a que les llame alguien. No podemos esperar tanto”, critica la valenciana.

"Necesitamos una formación específica y adecuada para enfrentarnos a este tipo de situaciones que no nos enseñan en la carrera de Enfermería"

“Además, es importante reflejar que no todo el mundo vale para una situación así, o para ponerse de barro hasta arriba. Necesitamos una formación específica y adecuada para enfrentarnos a este tipo de situaciones que no nos enseñan en la carrera de Enfermería, una especialidad EIR como la que ya tienen en Medicina”, reitera la enfermera especialista.

Carmen Casal espera en su casa, con la frustración de no poder ayudar en nada más hasta que no se lo indiquen desde la Conselleria -“yo lo que quiero es estar fuera ayudando las 24 horas”-, a que lleguen las ocho de la tarde. Se dirigirá entonces al punto de coordinación habilitado por el servicio de Emergencias, donde, ya de noche cerrada, un convoy lanzadera los irá repartiendo a ella y a sus compañeros por los distintos puntos que requieren de asistencia.

“Desde la dirección del servicio nos han habilitado una autorización como la del Covid, para poder llegar a cualquier sitio sin que nos pongan ningún impedimento. El problema es que en el Covid todos estábamos, en mayor o menor medida, metidos en la misma situación. Aquí la gente que vive a cuatro kilómetros está haciendo vida normal, que es lo que deben hacer, pero el contraste y el choque para el personal sanitario que estamos ahí es brutal”, sentencia.

Los contenidos de ConSalud están elaborados por periodistas especializados en salud y avalados por un comité de expertos de primer nivel. No obstante, recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.
Lo más leído