La voz es reflejo de muchas cosas en nuestro cuerpo, incluyendo el cansancio, el estrés, la ansiedad o situaciones emocionales complicadas. Sin embargo, en la mayor parte de los casos se infravalora su cuidado hasta que ya supone un impedimento tanto en la vida personal como laboral. “Cuando tenemos una sobrecarga muscular, por ejemplo, somos conscientes de nos molesta la rodilla al apoyar y tomamos medidas, pero cuando la voz se apaga al final del día y nos quedamos con un tono más ronco al final de la jornada, le damos menos importancia”, explica el Dr. Luis Eduardo Cubillos del Toro, especialista del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitario General de Villalba.
Por esa razón, desde este este, centro perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, insisten en la importancia de ser consciente de la actividad vocal que tenemos y tomar las medidas oportunas para cuidar la voz y evitar así la aparición de disfonías.
En la Consulta de Voz del hospital se realiza un estudio completo
Uno de los principales consejos para conseguirlo es evitar todo lo que sea irritante para las cuerdas vocales, muy especialmente el tabaco, responsable en muchas ocasiones no solo de disfonías comunes, sino también de lesiones crónicas, malignas o premalignas. También es muy importante, destaca el especialista, una buena hidratación, ya que beber agua de una forma más o menos continua a lo largo del día facilita que las cuerdas vocales tengan mayor elasticidad y que suponga un menor esfuerzo realizar la producción vocal.
Pero uno de los factores de prevención menos interiorizados es, quizás, aprender a escuchar a nuestro cuerpo cuando nos avisa de que algo no va bien. “En aquellos momentos en los que tengamos que hacer un mayor esfuerzo sonoro, las cuerdas vocales nos avisan con pequeñas molestias que van desde una sensación de carraspeo hasta notar que la voz se va apagando a lo largo del día. En esos momentos debemos escuchar a nuestro cuerpo, reposar un poco la voz y modular esa actividad vocal después del trabajo”, indica el Dr. Cubillos. Y añade: “El cansancio al final del día es uno de los primeros síntomas de que algo está funcionando mal. Si esa fatiga vocal se prolonga durante varias semanas, sería conveniente consultar con un especialista”.
TELETRABAJO Y ABUSOS VOCALES
El cambio de hábitos a raíz de la pandemia, especialmente el aumento del teletrabajo, de las videoconferencias y las llamadas telefónicas, ha derivado en un uso diferente de la voz que puede reportar pequeñas sobrecargas o esfuerzos. “Las llamadas telefónicas siempre suponen un pequeño fonotrauma, porque no es nuestra voz natural. Cuando hablamos por teléfono no entonamos igual, entonamos un poco más forzado y tendemos a subir un poco el volumen. Lo mismo ocurre con las videoconferencias. Ahora, con el aumento del teletrabajo hay que tener especial cuidado de reposar la voz después de la jornada laboral y ser consciente del abuso extra que estamos haciendo para compensarlo y evitar disfonías”, explica el especialista del Hospital Universitario General de Villalba.
El aumento del teletrabajo, las videollamadas y las llamadas telefónicas ha conllevado mayores esfuerzos vocales
De hecho, la mayor parte de los casos que llegan a consulta suelen ser precisamente disfonías por abuso vocal. “A diferencia de la afonía, que es la pérdida completa de voz, la disfonía define cualquier perturbación en las cuerdas vocales. Se trata de algo bastante común, que todo el mundo va a tener en algún momento de su vida. Suele tener un comienzo insidioso, poco a poco, manifestándose como un poco de cansancio, si bien puede terminar derivando en el desarrollo de pólipos o nódulos”, asegura el Dr. Cubillos. Una situación -apunta- cuya solución pasa por un Servicio de Rehabilitación de la voz y con la ayuda de un logopeda.
En todo caso, y para descartar otro tipo de lesiones, en la Consulta de Voz del Hospital Universitario General de Villalba se realiza un estudio completo, no solo con las pruebas facilitadas por la última tecnología, sino también con mediciones de tiempos de fonación, con evaluaciones personales sobre la voz y una exploración completa mediante cámaras, para visualizar las cuerdas vocales, su movimiento, qué tal cierran o si hay alguna lesión que no permite un buen cierre. “Dependiendo del caso, de cómo sea la inflamación o de cuál sea el origen, habrá que estudiarlo y tener una imagen clara de cómo es la cuerda vocal y qué tipo de lesión tiene”, indica el especialista. “No obstante, y aunque hay enfermedades como el cáncer o el parkinson que pueden desarrollar problemas de voz, la mayor parte de los casos son lesiones benignas o funcionales por un mal uso que podemos corregir con unos hábitos saludables y la ayuda de profesionales”.