Verse y sentirse bien con una misma a pesar de las secuelas que provoca el cáncer en el aspecto físico y emocional de la persona es esencial para sobrellevar la enfermedad. Por este motivo, el IOB Institute of OncologydelHospital Ruber Internacional ha organizado un taller sobre micropigmentación, cromoterapia y estilismo para pacientes oncológicos, cuyo objetivo ha sido enseñarles cómo un accesorio y la gama de colores puede cambiar su aspecto, el estilo y el ánimo, además de explicarles la importancia que tiene desde el momento en el que se les diagnostica la enfermedad todo lo que le puede aportar la micropigmentación y ejemplos de casos reales.
Almudena González, enfermera y experta en micropigmentación ha explicado a las asistentes al taller qué es y en qué consiste la técnica de micropigmentación, los materiales con los se trabaja y qué resultados podremos conseguir dependiendo del momento de la enfermedad en el que se encuentren.
La micropegmentación engloba una serie de técnicas para dar realismo a las partes del cuerpo que sufren los efectos del tratamiento
Dado que la micropigmetación se convierte en una necesidad emocional cuando se enfrentan a la quimioterapia, Almudena González ha explicado que “antes de comenzar tratamiento podemos diseñar unas cejas y/o pestañas que hará que los efectos de la quimioterapia sean menos visibles en el aspecto físico de la paciente”.
Posterior a la intervención y reconstrucción de la mama, ha proseguido la experta, “gracias a la micropigmentación reparadora conseguiremos dar realismo a su pecho reconstruyendo la areola y pezón con una técnica en 3D que hará que se sienta muchísimo mejor, además de trabajar y disimular las cicatrices derivadas de la cirugía”.
Sobre la importancia que tiene el color y cómo influye en el estado de ánimo y en la actitud se ha encargado Susana Macpherson, estilista y asesora de imagen quien ha expuesto a las pacientes que “los colores expresan estados de ánimo y emociones y según la cromoterapia cada uno tiene una función y un significado”.
Con el objetivo de hacer el taller más personalizado, se les ha hecho el test o análisis del color con el que, gracias a la colocación de capas de diferentes colores de todas las estaciones, se puede detectar los que más favorecen a la persona y aquellos que mejor se comunican con la piel e iluminan el rostro. “El color no solo es importante para ellas, también para el entorno familiar, ya que al verlas mejor sufren menos. Es un chute de autoestima”, ha insistido Susana Macpherson.