La borrasca Filomena se marcha de la Comunidad de Madrid. Tras de sí deja una situación compleja en la región, que tardará días en recuperar sus ritmos habituales. La instrucción de todas las autoridades y servicios de emergencia, de titularidad nacional, autonómica o municipal es la misma: "Es aconsejable no salir a la calle si no es imprescindible".
La gran acumulación de nieve en la autonomía, con especial énfasis en la capital, colapsó su normal funcionamiento. Ahora, el problema es que la ingente cantidad de nieve, con la brusca bajada del mercurio, se ha convertido en hielo.
Un ejemplo de su peligrosidad es este mensaje de Emergencias Madrid: "Entre las 10 de la noche y las 10 de la mañana, Samur-PC ha realizado 103 intervenciones. Lo más llamativo es que 50 han sido por caídas por el hielo".
Otro aspecto importante, advierten los servicios de Emergencias, es el riesgo de caída de ramas y de nieve o hielo desde las cubiertas y tejados. Las autoridades solicitan a los madrileños evitar su vertical para evitar posibles accidentes con los cambios de temperatura.
En caso de movilidad imprescindible, solicitan a los ciudadanos evitar el uso del vehículo privado. Como alternativa, Metro de Madrid y determinadas líneas de Cercanías ya prestan servicio en la comunidad. De este modo, se evita que automóviles partículares se queden atrapados por la nieve y el hielo, obstaculizando el paso por los viales a los servicios de emergencia.
Todos los servicios autonómicos y municipales, con el apoyo de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y el Ejército de Tierra, están desplegados en las calles para restablecer la normalidad en el menor tiempo posible. Por el momento, los principales ejes de la capital, las carreteras de circunvalación o la entrada a hospitales están operativas. En cualquier caso, desde las instituciones se ruega prudencia y se pide la colaboración de los ciudadanos.