El Programa de Paciente Frágil del Hospital Universitario Rey Juan Carlos de la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, está cumpliendo sus objetivos, puesto que ha conseguido mejorar el estado del paciente en el momento en que reciben el alta.
Este programa está dirigido a evitar el deterioro funcional en los pacientes mayores durante su estancia hospitalaria para que al alta, al margen de la solución de la patología por la que ingresan, su situación funcional sea lo más parecida posible a la que tenían en el domicilio de forma previa a su hospitalización.
Según explica su coordinador, el doctor Javier Martínez Peromingo, la iniciativa pretende revertir una evidencia científica, según la cual alrededor de un tercio de los pacientes mayores empieza a manifestar deterioro de su movilidad o delirium tan solo 48 horas después del ingreso hospitalario. En gran parte esta situación se debe a que pasan casi la totalidad de su tiempo en la cama o sillón de la habitación, de forma que, aunque menos del 5% tiene prescritas medidas de reposo, solo uno de cada cuatro camina durante la hospitalización.
Los pacientes que ingresaron en la Unidad de Fragilidad presentaron una mortalidad menor
Los datos obtenidos durante la primera mitad del año indican que la implementación de esta iniciativa ha conseguido que solo el 2,2% de los pacientes incluidos el programa -con una edad media de 87 años- haya perdido la deambulación durante su estancia hospitalaria, frente al 21,7 % de pacientes con las mismas características ingresados en otras unidades hospitalarias.
Asimismo, únicamente el 2,6 % de los pacientes de la Unidad de Fragilidad del centro habían perdido la continencia urinaria al recibir el alta hospitalaria, frente al 8 % ingresado en hospitalización convencional que sufría la misma situación al regresar a su domicilio.
Además, los pacientes que ingresaron en la Unidad de Fragilidad presentaron una estancia media de un día inferior, y una mortalidad menor. Estos datos del Programa del Paciente Frágil, implementado en pacientes ingresados en Medicina Interna o Geriatría, avalan su eficacia, ya que demuestran que la movilización precoz de éstos, la labor de auxiliares y enfermeras y la forma distinta de trabajar, es la que consigue los efectos beneficiosos en los pacientes.