Los profesionales del Hospital Gregorio Marañón han emitido una emotiva carta a sus pacientes tras la crisis sanitaria provocada por la Covid-19.
Se trata de una misiva escrita, como ellos mismos dicen, desde el corazón, ''desde el mismo corazón que estos días hemos utilizado como un impulso de trabajo, como un arma de construcción masiva, porque hemos aprendido que quien elige el corazón, no se equivoca nunca''.
En la carta, los profesionales del Marañón señalan que, durante estos meses, los pacientes se han convertido en familia, ''porque durante esos interminables días y temidas noches habéis sido nuestras parejas, padres y hermanos, nuestros abuelos, hijos, compañeros y amigos… y la familia no es una opción, ni un contrato, no es nada más, ni nada menos, que entrega''.
Los profesionales del Marañón señalan que, durante estos meses, los pacientes se han convertido en familia
''Os hemos tratado, os hemos cuidado, pero también os hemos tendido una mano amiga para ofreceros la humanidad de la compañía, esa que os han arrebatado durante tanto tiempo, soledad a la que nos hemos tenido que condenar tantas veces, extirpándonos el primitivo alivio del cariño'', explican en la carta.
Por eso, añaden, ''hemos hablado con vosotros, reído y llorado, hemos apretado los dientes de rabia y para coger impulso. Tuvimos que aprender a leer en vuestros ojos preguntas calladas e intentamos que hallarais en los nuestros, miradas de comprensión, consuelo, esperanza, de gratitud y fuerza''.
Los profesionales del Marañón también relatan en la carta que el miedo a perder a sus pacientes les hizo temblar, sollozar y derrumbarse, pero también les hizo levantarse, ''porque no era fácil llevar bien lo difícil, pero era imprescindible''.
''Lo hemos intentado con tesón, peleando por daros calidad y ofreciendo siempre calidez. Sin ser conscientes llegamos a acompasar nuestras respiraciones, porque vuestros suspiros eran nuestro aliento, porque cada día era necesariamente uno más y nunca uno menos. Celebrábamos con vosotros la vida a pie de vida, porque sabíamos que perderla era perderos''.
Los profesionales del Marañón relatan en la carta que el miedo a perder a sus pacientes les hizo temblar, sollozar y derrumbarse
Asimismo, los sanitarios hacen alusión a la vocación, añadiendo que ''cuando tuvimos que debatirnos entre el miedo y la vocación, siempre optamos por vosotros, y cuando no pudimos remediar lo irremediable, aprendimos que a veces aceptar no es perder, sino vencer''.
No obstante, confiesan, ''guardamos con amargura ese adiós o esa cama vacía, convivir con lo inevitable no doblega la pena, solo obliga a sobreponerse''.
''Supimos siempre que la vida es un don que nos ha sido dado y solo se merece dándola, por eso decidimos abrazar a este cruel enemigo común con nuestras vidas para salvar las vuestras'', comentan.
''Hoy todos los que conformamos el Hospital Gregorio Marañón, queremos celebrar con vosotros la salud, porque intentamos suturar el alma y, ahora sí cada salida es un triunfo, cada despedida es un aplauso, cada vida una victoria'', concluyen.