El pasillo B de la quinta planta del hospital Universitario Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares fue el escenario elegido por Beatriz López, una auxiliar de enfermería, para dar rienda suelta a su perfil psicópata.
Según investigaciones policiales de las que se hace eco El Confidencial, los hechos se remontan al año 2013 cuando Ana Josefa, de 79 años, ingresó en urgencias porque tenía muy hinchados los tobillos y las piernas. Mejoró y fue trasladada al pasillo B de la quinta planta. Allí, días antes de que le dieran el alta, concretamente el 30 de noviembre, entró en parada cardiorespiratoria. El coma se produjo por un “embolismo gaseoso”. Alguien le había pinchado aire en vena.
Se mencionan hasta siete nombres de posibles víctimas
Gracias al trabajo de los médicos, que la trasladaron inmediatamente a la UCI, Ana Josefa salvó su vida. Sin embargo, no recordaba quien podría haberle inyectado el aire. Ese día el turno de auxiliar de enfermería le correspondió a Beatriz López. Aún siendo obvio, solo las acusaciones particulares plantean la tentativa de homicidio.
Hasta el momento, y según ha podido saber el diario, se mencionan hasta siete nombres de posibles víctimas, todas ellas ingresadas en la planta donde desarrollaba su trabajo la auxiliar. Sin embargo, la Fiscalía sólo acusa por dos fallecimientos.
UN SISTEMA DE VIGILANCIA OCULTO, CLAVE DEL CASO
En el año 2015 saltaron las alarmas. El 20 de julio, Luisa Moragón ingresó en la planta 5ª B de este centro hospitalario. Casi recuperada, la paciente murió sin causa aparente. Los médicos desconcertados le pincharon para hacer un análisis de sangre y su sorpresa fue que al hacerlo salió un chorro de aire como si de un geiser se tratara.
A raíz de aquello, se judicializó la causa y los investigadores pidieron autorización a la magistrada encargada del caso para instalar “un sistema de vídeo vigilancia oculto que grabe todo lo que acontezca en el pasillo B de la quinta planta”.
La acusada dice llevarse las jeringuillas a su casa para echar limón al pollo
Esa fue la clave que ayudó a resolver el caso. El 4 de agosto de 2017, Consuelo Doblado falleció en extrañas circunstancias. Los médicos descubrieron que alguien le había introducido aire con una jeringuilla en el torrente sanguíneo. Los investigadores revisaron las imágenes de las cámaras de seguridad. Tras el estudio de las imágenes, la policía ve como Beatriz sale de la habitación de la paciente y, apenas unos minutos más tarde, otra trabajadora del centro da el aviso del fallecimiento.
Los agentes deciden detenerla. Lejos de preguntar qué estaba pasando, la acusada protesta por plantón que le va a dar a un candidato a novio y luego niega los hechos. Cuando le enseñan las jeringuillas que han encontrado en el registro de su casa dice: “Me las llevo del hospital. Las utilizó para echar limón al pollo”.
Ahora, el Ministerio Público solicita 40 años de cárcel por dos asesinatos. Las acusaciones particulares, por su parte, elevan la solicitud a prisión permanente revisable ya que a los dos crímenes le suman una tentativa de homicidio más.