La Fundación Jiménez Díazha celebrado recientemente su “I Curso Multidisciplinar de Monitorización Hemodinámica” con el fin de concienciar sobre la necesidad de controlar el estado fisiológico del paciente, de acuerdo con el nivel de gravedad y complejidad de su enfermedad, y teniendo en cuenta las herramientas y recursos disponibles.
Los especialistas reunidos intercambiaron inquietudes y opiniones para mejorar la monitorización clínica del paciente, especialmente en lo que se refiere al sistemacardiovascular.
El doctor Arnoldo Santos Oviedo, jefe asociado del Servicio de Medicina Intensiva del hospital madrileño, señala que la importancia de la monitorización radica en que “es parte fundamental del manejo de pacientes severamente enfermos o en riesgo de sufrir un deterioro en la función de sus órganos vitales”.
“Quisimos organizar un espacio en donde se abordara la monitorización desde distintos puntos de vista, Cardiología, UCI, Urgencias, perioperatorio… y de acuerdo con las diferentes necesidades que pueden tener los pacientes”
La mayoría de estos pacientes ingresan en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), pero a lo largo de su estancia hospitalaria pasan por diferentes etapas en las que puede ser útil monitorizarles, según el cuadro clínico que presenten en cada momento. Por ello, la monitorización precisa de un enfoque multidisciplinar.
Este fue uno de los puntos de partida de la iniciativa formativa. “Quisimos organizar un espacio en donde se abordara la monitorización desde distintos puntos de vista, Cardiología, UCI, Urgencias, perioperatorio… y de acuerdo con las diferentes necesidades que pueden tener los pacientes”, puntualiza el intensivista.
En esta misma línea, la doctora Nerea Carrasco Antón, especialista en Medicina Interna del Servicio de Urgencias de la Fundación Jiménez Díaz, explica que los avances tecnológicos en la monitorización "no deben limitarse al paciente ingresado en unidades de cuidados críticos”, ya que los pacientes que se encuentran en la planta convencional podrían beneficiarse de la monitorización no invasiva.
“Existen pacientes con mayor riesgo de complicaciones y su identificación nos permitiría abrir una ventana de oportunidad de detección precoz de deterioro e influir en la evolución del paciente pudiendo evitarse en algunas ocasiones su inestabilización. Queda un camino por recorrer, pero prometedor y con muchas posibilidades, la monitorización seleccionada en este pool de pacientes de riesgo, junto con el trabajo multidisciplinar de médicos de diferentes especialidades, Enfermería, etc, es imprescindible para abordar de manera optimizada a estos pacientes y generar un impacto en su pronóstico y su salud”.
Por su parte, el doctor Juan Martínez Milla, especialista del Servicio de Cardiología de la Fundación Jiménez Díaz, indica que la pandemia ha demostrado la necesidad de la monitorización. “Durante los dos años que llevamos conviviendo con la Covid-19, poniendo en común los puntos de vista de las especialidades implicadas en los cuidados críticos (Cardiología, UCI y Anestesia, entre otras), hemos confirmado que se puede optimizar el manejo de los enfermos que los requieren”.
La formación se ha dividido en monitorización e inestabilidad hemodinámica y en la monitorización personalizada.