La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid no ha detectado hasta el momento una variación significativa en la región en cuanto a la frecuencia y severidad de enfermedad invasiva por estreptococo A (meningitis, shock séptico o neumonías) respecto a años previos a la pandemia por COVID-19.
El estudio ha sido realizado por la Dirección General de Salud Pública revisando los ingresos hospitalarios y fallecimientos por esta causa desde el año 2003 hasta la actualidad, a raíz de la alerta sanitaria emitida por el Reino Unido el pasado 2 de diciembre por un aumento de casos por encima de lo normal en este país.
Desde el pasado 19 de octubre se han contabilizado en la región un total de 24 casos, con edades comprendidas entre los 10 meses y los 12 años, de los cuales dos fallecieron (uno el pasado 25 de octubre y otro el 2 de diciembre), al presentar un cuadro clínico de evolución muy severa a su llegada a los servicios de urgencias hospitalarios. Los otros 22 diagnosticados han recibido el correspondiente tratamiento antibiótico y evolucionan de forma favorable. Aún permanecen hospitalizados 12 niños, de ellos 3 en la unidad de cuidados intensivos pediátrica.
La Consejería de Sanidad recomienda seguir las indicaciones de tratamiento del médico y, ante la presencia de fiebre alta y empeoramiento de síntomas respiratorios y decaimiento, acudir a una urgencia hospitalaria
La enfermedad invasiva por estreptococo A es una de las formas más graves producidas por esta bacteria, patógeno que con frecuencia produce una gran variedad de procesos infecciosos, desde faringitis, amigdalitis, escarlatina, e incluso infecciones invasivas y graves como la fascitis necrotizante o el shock séptico.
Esta patología se disemina por gotitas respiratorias, el contacto con las mucosas oral o nasal con secreciones respiratorias infecciosas o con exudados de lesiones cutáneas. Es transmisible hasta 24 horas después de haber completado el tratamiento antibiótico.
Asimismo, la Consejería de Sanidad recomienda seguir las indicaciones de tratamiento del médico y, ante la presencia de fiebre alta y empeoramiento de síntomas respiratorios y decaimiento, acudir a una urgencia hospitalaria. Es necesario también reforzar la higiene respiratoria, con el uso de mascarilla y lavado de manos. Si el niño no puede ponérsela por su edad, es recomendable que lo hagan sus padres o cuidadores.