Este año 2023 se cumplen tres décadas desde que la normativa nacional recoge el derecho de los pacientes a la libre elección en Sanidad. Una posibilidad que se aplicó con la entrada en vigor del Real Decreto 1575/1993 por el que se regulaba la libre elección de médico en los servicios de Atención Primaria. Desde entonces, las diferentes regiones lo han ido aplicando en mayor o menor medida. El principal ejemplo de ello ha sido la Comunidad de Madrid; la autonomía más avanzada en la implementación de esta posibilidad de elección de facultativo y de centro médico deseado.
De hecho, la región madrileña emprendió sus primeros pasos en este ámbito allá por 2010, bajo la presidencia de Esperanza Aguirre. Un camino que Isabel Díaz Ayuso ha seguido desarrollando durante sus últimos años al mando de la Comunidad y que continuará siendo uno de los pilares de su estrategia en Sanidad. Un cometido ahora a cargo de la nueva consejera del ramo, Fátima Matute, quien tomará el testigo de ahondar en la facilidad para los madrileños a la hora de disponer de esta libertad de elección.
De este modo, la medida habilita a los ciudadanos de la región a poder elegir, según sus preferencias personales, quién desean que sea el médico que les atienda, así como en qué centro de salud u hospital público prefieren ser tratados de sus dolencias, ser intervenidos o realizar los tratamientos de recuperación prescritos. Una iniciativa que ha venido demostrando una gran acogida por parte de la población madrileña y que permite la tramitación del cambio de facultativo tanto en Atención Primaria como para médicos especialistas y hospitales.
Entre las principales ventajas que supone la libre elección en Sanidad destaca el hecho de que facilita una mayor accesibilidad al Sermas por parte de la ciudadanía
Entre las principales ventajas que supone la libre elección en Sanidad destaca el hecho de que facilita una mayor accesibilidad al Sermas por parte de la ciudadanía. El hecho de ofrecer la posibilidad de elegir entre los diferentes puntos de atención y médicos posibilita un acceso más fácil a la asistencia. De esta manera, los pacientes pueden consultar previamente las fechas y horas disponibles en el momento de elegir un nuevo centro, los servicios y especialidades ofrecidos en el mismo, las listas de espera para ser atendidos y los indicadores de satisfacción del servicio.
En base a toda esta información puesta a disposición de los madrileños por el Gobierno autonómico se puede seleccionar en un corto plazo de tiempo al profesional o el centro que mejor responda a las necesidades de cada individuo. Además, permite que la carga asistencial pueda repartirse de manera más eficiente, evitando así la congestión en determinados centros de salud y hospitales. Esto se logra porque el paciente evita los puntos de atención concurridos y tiende a seleccionar los menos sobrecargados, remando a favor de la reducción de las listas de espera.
Incentiva el esfuerzo por parte de los consultorios y el personal sanitario a la hora de proveer a sus pacientes de la mejor atención posible, dado que si no es así terminarán trasladándose a un lugar diferente
En parte, gracias a la libertad de elección de centro médico, la Comunidad de Madrid se encuentra entre las regiones españolas con menores plazos de espera para una intervención quirúrgica no urgente. Una tardanza que se ha logrado reducir hasta los 49 días y que choca con la media nacional, situada en 120 días, según datos del propio Ministerio de Sanidad. Una circunstancia nada banal si se tiene en cuenta la creciente demanda de atención –tras el parón de la pandemia- y que la región capitalina es un foco de atracción de pacientes de todo el país que llegan desde sus respectivas CC.AA.
Por otro lado, el hecho de que sean los propios pacientes quienes decidan los centros y sanitarios que desean que les atiendan constituye en sí misma una herramienta para evaluar el grado de buena gestión que se desarrolla en estos puntos. En esta línea, incentiva el esfuerzo por parte de los consultorios y el personal sanitario a la hora de proveer a sus pacientes de la mejor atención posible, dado que si no es así terminarán trasladándose a un lugar diferente o cambiando de profesional. De esta manera, se fomenta el compromiso por ofrecer una atención sanitaria basada en la calidad y la eficiencia.
Los encargados de gestionar los recursos asistenciales pueden priorizar determinados puntos de demanda con respecto a otros
De la misma manera, la propia elección de los pacientes traslada a los responsables sanitarios una valiosa información a sopesar. En base a ella, los encargados de gestionar los recursos asistenciales pueden priorizar determinados puntos de demanda con respecto a otros. De esta manera, se abre la posibilidad de focalizar la atención y redoblar los esfuerzos en los lugares donde los ciudadanos prefieren ser asistidos. Una circunstancia nada desdeñable temiendo en cuenta la necesidad creciente de una mayor eficiencia en Sanidad ante la falta de recursos –principalmente humanos- de los que adolece el SNS.
Con todas las ventajas que atesora la libre elección en Sanidad no es de extrañar que se haya convertido en una de las banderas del Servicio Madrileño de Salud. Más si cabe, teniendo en cuenta que la sociedad actual demanda cada vez más libertad e información a la hora de tomar sus decisiones, algo que el ciudadano desea aplicar también a su propia salud. No en vano, se trata de un derecho recogido en España desde hace 30 años y al que aún le queda un largo camino para su plena aplicación en muchas otras autonomías.