Bajo el título: "¿Tienes dolor? ¡Está es tu jornada! Hablemos de dolor y cáncer", el Hospital Universitario La Paz ha celebrado esta jornada organizada por la Fundación Más que ideas con el objetivo fundamental de mejorar la calidad de vida de las personas a través de la adquisición de hábitos y conocimientos que permitan un mejor control del dolor que afecta a los pacientes en procesos oncológicos a menudo de manera crónica. La iniciativa cuenta con el aval de la Sociedad Española de Dolor (SED) y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
El dolor es un aspecto clave en el bienestar de las personas, teniendo la capacidad de interferir en nuestra actividad cotidiana, apetito, descanso y estado del ánimo. Actualmente se calcula que alrededor del 30% de los pacientes con cáncer sufre dolor, pero está cifra aumenta considerablemente dependiendo del estadio de la enfermedad, pudiendo llegar casi al 90% de los pacientes en caso de que la enfermedad esté muy avanzada.
Alrededor del 30% de los pacientes con cáncer sufre dolor, cifra que asciende al 90% en enfermedades muy avanzadas
El doctor Javier de Castro, oncólogo médico de La Paz señaló que el dolor puede tener muchas formas de presentación pero se suele definir en tres modelos :“el del tipo inflamatorio, que es el más frecuente y el que se presenta por ejemplo en hueso; el visceral, el que aparece a nivel abdominal; y, el neuropático, que suele producirse por afectación de los nervios”. Y reiteró que “cuanto más avanzado y agresivo sea el tumor, mayor probabilidad hay de que estemos ante un dolor más intenso”.
En relación con el abordaje terapéutico del dolor, el doctor Alberto Alonso, coordinador de la Unidad de Cuidados Paliativos señaló que dado que una gran parte de estos dolores están producidos directamente por la compresión de la masa tumoral sobre hueso, tejidos blandos, estructuras nerviosas, etc. la primara estrategia a seguir es eliminar o reducir esa masa. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, se precisan estrategias múltiples, en donde son necesarios tratamientos farmacológicos y no farmacológicos analgésicos, y tratamientos para abordar el resto de los síntomas, incluido el bienestar emocional del paciente. El ejercicio físico y la alimentación son dos pilares básicos en ese bienestar.