Que el ejercicio físico es un hábito a recomendar como parte de una vida saludable por sus efectos beneficiosos sobre el sistema cardiovascular es algo que pocos dudan. Sin embargo, también es cierto que hay afecciones o síntomas que pueden poner en riesgo la salud a la hora de hacer deporte, sobre todo de forma intensiva, y que es importante conocer antes de realizarlo.
Detectarlas a tiempo, y en caso necesario tratarlas lo antes posible, puede suponer una diferencia vital para quien las sufre, motivo por el cual la que la Fundación Jiménez Díaz acaba de completar su cartera de servicios con una nueva Unidad de Cardiología Deportiva dirigida a personas sanas que hagan, o quieran empezar a hacer, deporte.
El deporte incrementa el riesgo de sufrir una muerte súbita durante la realización de una práctica intensa
Y es que el deporte incrementa el riesgo de sufrir una muerte súbita durante la realización de una práctica intensa, lo que constituye el problema más preocupante en este entorno. La patología cardiovascular -y dentro de ella, con más frecuencia la aterosclerosis coronaria, la miocardiopatía hipertrófica, la displasia arritmogénica de ventrículo derecho y las anomalías coronarias, pudiendo estar en algunos casos relacionados con canalopatías y debutando en muchas ocasiones con muerte súbita- es su principal causa, por lo que su prevención y diagnóstico precoz constituyen un objetivo prioritario para optimizar el rendimiento deportivo de la población sana, sin riesgos para su salud.
“Hoy en día, por los hábitos de vida cardiosaludables más asentados en nuestra sociedad, cada vez se practica más deporte y a edades más avanzadas, lo que genera entre quienes lo hacen la demanda y necesidad de estar seguros de poder realizarlo sin riesgo para su salud”, explica el doctor Miguel Orejas, especialista en Cardiología de la Fundación Jiménez Díaz y miembro de su nueva Unidad de Cardiología Deportiva.
Para responder a estas expectativas -continua- se ha puesto en marcha esta unidad, “avalada por la experiencia, trayectoria y excelencia en el ámbito sanitario de la Comunidad de Madrid de la Fundación Jiménez Díaz, dotada con la más alta tecnología y técnicas no invasivas y con un marcado componente de multidisciplinariedad y especialización, ya que está formada por cardiólogos expertos en imagen cardiaca y cardiólogos clínicos expertos en arritmias, lo que, en su conjunto, proporciona una calidad máxima del servicio”.
Gracias a ello “se puede no sólo establecer el riesgo de un deportista de presentar un evento fatal sino, en muchos casos, diagnosticar algunas de las patologías cardiacas que, en el contexto de un deporte de alta intensidad, conllevan un riesgo vital”, añade Orejas, indicando que, “en todos los casos, los profesionales sanitarios pueden dar una serie de recomendaciones orientadas a aumentar el grado de seguridad y confianza del deportista durante la práctica del ejercicio intensivo para evitar un impacto nocivo sobre el corazón”.
Para conseguirlo, en la Unidad de Cardiología Deportiva de la Fundación Jiménez Díaz se realiza un reconocimiento cardiológico y despistaje de enfermedad cardiovascular de aquellas personas que así lo deseen, previo a la realización de una actividad deportiva, con el fin de descartar cualquier anomalía cardiológica no conocida, identificada o detectada hasta el momento, que recomiende la no realización de dicha práctica y, en el caso de detectarse, remitir al paciente a una consulta de Cardiología general que permita ahondar y dar continuidad a su abordaje.
Permite diagnosticar algunas de las patologías cardiacas que, en el contexto de un deporte de alta intensidad, conllevan un riesgo vital
El procedimiento se inicia con la entrevista clínica detallada al paciente, incluyendo una exploración física exhaustiva, anamnesis con antecedentes personales y familiares y toma de constantes, a la que se añade una analítica de las semanas previas, que el deportista puede aportar o realizarse en el mismo hospital dos días antes de la cita en la unidad.
Posteriormente, se realiza un electrocardiograma “que debe ser interpretado por un cardiólogo especializado, ya que la detección de los matices que pueden dar riesgo en esta prueba requiere una amplia experiencia clínica”, insiste por su parte el doctor Álvaro Aceña, quien también forma parte de la Unidad de Cardiología Deportiva del hospital madrileño.
De la misma manera, apunta el cardiólogo, también el análisis del ecocardiograma que se realiza al paciente, destinado a confirmar el correcto funcionamiento del corazón y sus válvulas, debe ser llevado a cabo por un equipo multidisciplinar, “dado que hay zonas llamadas grises que pueden corresponder tanto a enfermedad cardiaca como a las adaptaciones que tiene un deportista en su corazón”.
El reconocimiento finaliza con una ergometría o prueba de esfuerzo con la que se terminará de confirmar la capacidad cardiovascular del deportista y, tras la cual, volverá a la consulta del cardiólogo. Este interpretará los resultados de todas las pruebas y dará al paciente un informe y las recomendaciones oportunas, remitiéndole la consulta de Cardiología correspondiente si durante el procedimiento se ha identificado alguna patología.
“Realizamos todas las pruebas cardiológicas del reconocimiento en el mismo día, de forma que el paciente, una vez terminada la valoración, se puede llevar ya un informe completo con el resultado de todas sus pruebas, el consejo médico y la seguridad de que va a poder hacer deporte con unas ciertas garantías o, si se ha detectado alguna anomalía o problema cardiaco, derivaremos al paciente a las unidades correspondientes para investigar en profundidad dicho problema”, apostilla Orejas.