En los últimos meses el Hospital de Móstoles ha adquirido equipamiento sanitario destinado a mejorar y reforzar los recursos de diferentes servicios médicos, quirúrgicos y centrales. Entre los diferentes equipamientos, además del TAC instalado en el servicio de radiodiagnóstico se han distribuido más de 25 respiradores, con diferentes prestaciones, y también ecógrafos, monitores y desfibriladores. La inversión ha supuesto más de 1,5 millones de euros.
El equipamiento sanitario que más inversión ha supuesto ha sido el TAC (345.000 euros), la consola ecográfica con ecobroncoscopio y torre endoscopia (190.000 euros), el pletismógrafo (68.000 euros), los 28 respiradores (386.000 euros), los 6 ecógrafos (110.000 euros) y los equipos portátiles digitales de RX (76.000 euros).
El equipamiento sanitario que más inversión ha supuesto ha sido el TAC (345.000 euros)
De igual forma se ha incrementado la dotación de mobiliario clínico (camas, camillas, mesitas) por un total de 168.000 euros, y se han realizado las obras de adecuación necesarias para disponer de instalaciones con tomas de dispensación de gases medicinales en distintas dependencias, teniendo así mayor versatilidad asistencial en caso de necesidad.
Con este equipamiento y material se pretende reforzar los recursos que son útiles en el diagnóstico y tratamientos de muchas patologías, como es el caso del nuevo TAC y pletismógrafo, más modernos y ahora mucho más eficientes en sus objetivos. En algunos casos el material ha servido además para completar los recursos de las áreas incluidos dentro del plan de elasticidad del hospital utilizándose en los casos necesarios por el incremento de la demanda asistencial por la incidencia del COVID-19
MÁS ALLÁ DEL MÉTODO DE TRABAJO TRADICIONAL
Desde marzo, en el Hospital Universitario de Móstoles se han registrado más de 1.500 ingresos por COVID19, se han realizado más de 51.000 PCR y solo en la sala de torax del servicio de urgencias se han realizado más de 7.200 radiografías. Son algunos de los datos que retratan la intensa actividad provocada por la pandemia del SARS-CoV-19 y que en algunos casos ha supuesto un cambio importante en la forma de trabajar.
El uso de herramientas diferentes y nuevas formas de trabajar han permitido un seguimiento seguro y eficiente de la evolución de la patología en diferentes grupos de pacientes. En este sentido destaca la fructífera colaboración con los médicos de Atención Primaria, con los que se trabajado on line con los facultativos del Servicio de Medicina Interna del Hospital para el control de un grupo de pacientes, generando 265 consultas telemáticas sobre coronavirus entre especialistas de los centro de salud y del hospital.
Además las más de 2.200 llamadas de teléfono realizadas desde la Unidad de Infecciosas para vigilar el postalta de los enfermos OCIVD y la consulta monográfica específica diseñada para el seguimiento de los pacientes graves, un mes después de estar dados de alta. Tras las más de 550 consultas monográficas presenciales realizadas en mayo y junio, se ha reabierto ahora de nuevo para la evaluación de los pacientes de la segunda ola de la pandemia que estuvieron críticos o sufrieron muchas complicaciones.