El Hospital Gregorio Marañón ha sido el lugar donde Carlos y Pilar se han dado el "sí, quiero". Pese a que la boda se iba a celebrar el 9 de septiembre, la situación cínica de él, que se encuentra ingresado en la Unidad de Cuidados Paliativos del centro hospitalario madrileño, ha sido el principal motivo de adelantar la ceremonia.
Así, los novios expresaron su interés en adelantar la boda al personal de enfermería, que, tras el visto bueno de la Dirección, puso en marcha todos los recursos para llevar a cabo la ceremonia a la mayor brevedad. Con la colaboración del Registro Civil para formalizar el acto, se buscó un lugar adecuado para celebrar tan solemne momento: un parterre en los jardines del hospital con bancos y pérgola que pudo acoger a todos los asistentes. El personal de enfermería se encargó de acicalar a los contrayentes e incluso de improvisar un ramo para la novia.
El personal de enfermería puso en marcha todos los recursos para llevar a cabo la ceremonia a la mayor brevedad
La familia de los novios acudió con los anillos y para ser testigos oficiales de la boda, además de acompañar y asistir a un momento tan especial para todos. También acompañaron a los contrayentes la subgerente del hospital, Marta Sánchez Celaya; la subdirectora de Enfermería, Diana Molina; supervisores de las áreas de Urgencias y Oncología; y personal de distintos servicios del hospital.
El fotógrafo oficial, Jesús Romero, es parte del Servicio de Comunicación del Marañón, que inmortalizó el momento para que los novios tuvieran un recuerdo entrañable de una boda muy especial para todos.
La ceremonia contó, como no podía ser de otra forma, con intercambio de anillos, besos de los novios, vítores a los contrayentes y lanzamiento del ramo de la novia hacia un personal de enfermería no muy receptivo a las consecuencias derivadas de hacerse con el mismo.
Pilar: "Estamos muy agradecidos, llevamos en el corazón el esfuerzo que hacen todos en el hospital por ayudarnos y cuidarnos sin parar"
Tras la foto con la familia, y posteriormente con el personal del Hospital Gregorio Marañón que asistió al acto, los novios agradecieron mucho los preparativos. "Me habéis llenado de ilusión y vida, nunca pensé que fuerais capaces de organizar todo esto en tan poco tiempo", explicó emocionado Carlos.
"Estamos muy agradecidos, llevamos en el corazón el esfuerzo que hacen todos en el hospital por ayudarnos y cuidarnos sin parar", señaló entre lágrimas Pilar. Los novios, felices, volvieron a su habitación con su familia para disfrutar del momento y comentar las anécdotas de la ceremonia.
"Los cuidados a nuestros pacientes son y deben ser en todas las esferas de su vida. Cuando podemos hacer algo que les ayude, que mejore su estado o anímicamente les impulse, no dudamos en ponernos en marcha. Ha sido un momento muy feliz para ellos y entrañable para todo el personal, que lo ha vivido muy intensamente y volcados en que todo saliera lo mejor posible", ha comentado Diana Molina.