El Hospital Fundación Jiménez Díaz ha celebrado las Jornadas de Ginecología y Obstetricia para Atención Primaria por cuarto año. Esta vez, el evento ha sido online y ha girado en torno a la divulgación de los conocimientos derivados de la investigación para que los profesionales sanitarios puedan integrarlos en la práctica clínica habitual.
El jefe del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Fundación Jiménez Díaz y miembro del Comité Científico organizador del evento, el Dr. Manuel Albi, ha puesto en valor el trabajo de los profesionales de primaria y su labor en la asistencia a la mujer en cuestiones de Ginecología y Obstetricia.
En relación a la pandemia provocada por la COVID-19, el médico ha señalado que “el riesgo general para las mujeres embarazadas es bajo. Sin embargo, es posible que tengan más complicaciones respiratorias que las mujeres que no están embarazadas y que estas sean más graves”. Las diabéticas embarazadas tienen más riesgo de tener complicaciones por el COVID-19 y también han relatado una mayor incidencia de partos prematuros y cesáreas.
El ginecólogo destaca que ninguna cesárea "es mejor que un parto natural"
Por otro lado, en lo que al cáncer de mama respecta, los datos sugieren que los casos detectados en los últimos cuatro años y recogidos por el hospital, "representan un porcentaje pequeño de todos los cánceres de mama". Para su prevención, el Dr. Albi insiste en la autoexploración para prevenir y detectar esta patología.
En lo referente a los partos, el ginecólogo destaca que "ninguna cesárea es mejor que un parto natural", por lo que siempre se contempla como última opción y mediante la humanización de la misma. “En nuestro centro, hacemos cesáreas participadas por la mujer cuando son cesáreas programadas en gestaciones superiores a las 37 semanas. También, y ya durante el parto, cuando existe un fallo en la adecuada progresión de este y se ha confirmado que el parto vaginal es imposible”, señala el doctor.
Respecto a la fertilidad, el especialista apunta que "es responsabilidad de los profesionales sanitarios informar de manera clara a la sociedad del efecto perjudicial de la edad en la fertilidad femenina". A partir de los 35 años, y sobre todo a partir de los 40, las tasas de éxito de los embarazos son bajas, tanto de forma natural como utilizando técnicas de reproducción asistida.