La inflamación del tejido fibroso del pie, que va desde el talón hasta los dedos, se conoce como fascitis plantar, un problema que causa dolor en el talón y en el arco del pie. Desde el servicio de Fisioterapia y Rehabilitación del Hospital Universitario de Torrejón han destacado que el calzado inapropiado o los paseos por terrenos irregulares pueden motivar esta causa.
Entre los terrenos irregulares se encuentran la arena de la playa o el césped de la piscina, y andar sin zapatos por estas zonas es muy común en los meses de verano. La tensión adicional en la fascia que se genera al caminar por estas áreas sin zapatos obliga al músculo y a los tejidos del pie a trabajar más intensamente.
"Caminar por la arena suelta es una actividad contraproducente"
Las zonas de playa con arena son superficies inestables y uniformes que obligan al músculo a ejercer una mayor presión y desemboca en un dolor agudo. “Aunque la arena puede proporcionar un cierto grado de amortiguación, también puede hacer que el pie se hunda y se desplace, provocando una mayor flexión plantar, tensando la fascia y agravando los síntomas”, explica Enrique Gonzalvo, Supervisor de Fisioterapia del Hospital Universitario de Torrejón.
Las personas que sufren fascitis plantar necesitan un soporte o estabilidad en el pie que reduzca la tensión que ejerce el músculo y desinflame la zona afectada. .“La recuperación de una fascitis plantar pasa por la reducción de la tensión en el área afectada para reducir el estrés en la fascia, por lo que caminar por la arena suelta es una actividad contraproducente”, añade el fisioterapeuta.
Las chanclas son otro de los factores que pueden dificultar la recuperación de una fascitis plantar o incluso pueden llegar a aumentar el riesgo de sufrir una
La fascitis plantar también puede estar asociada a la realización de una actividad física intensa o repetitiva, que ejerza una tensión adicional en la fascia. Otra de las causas puede ser un problema biomecánico en el pie, que deriva en una inflamación o irritación induciendo a molestias y limitaciones significativas para quienes lo sufren.
El uso de chanclas puede aumentar las posibilidades de sufrir una fascitis plantar, por lo que no abusar de ellas y evitar las largas caminatas con este calzado, ayudará a su prevención. Además, usar un calzado con buena amortiguación y soporte para el arco contribuirá a evitar la fascitis. “Durante el verano, las chanclas son otro de los factores que pueden dificultar la recuperación de una fascitis plantar o incluso pueden llegar a aumentar el riesgo de sufrir una, ya que carecen del soporte y amortiguación necesarios”, añade Gonzalvo.