Ya lo dice el dicho: quien canta, sus males espanta. La música tiene numerosos beneficios para la salud tanto para el que la escucha como para quien la emite. Si además se canta en coro, se mejora en las relaciones con los compañeros, se libera estrés y se reduce la depresión al aumentar los niveles de cortisol y oxitocina, se genera endorfinas, se controla mejor la respiración, se hace ejercicio mental y se aumenta la concentración y la relajación.
Son tantos sus beneficios que diferentes instituciones y organismos cuentan con coros para que sus profesionales afiancen sus relaciones y mejoren su estado anímico. Y en este sentido, los hospitales no se quedan atrás. Solo en Madrid, los centros hospitalarios públicos del 12 de Octubre, el Gregorio Marañón, La Paz, el Ramón y Cajal y La Princesa, cuentan cada uno con un grupo coral dirigido por pedagogos y profesionales de la música e integrado por profesionales sanitarios y pacientes que encuentran en esta forma de hacer música en el hospital una actividad que les llena, les evade y les ayuda a afrontar el día a día.
Beatriz: “Es muy agradable estar con un grupo compartiendo esos momentos y haciendo actividades que a veces son muy bonitas”
Para la especialista en Psicología del Hospital Universitario la Princesa, Beatriz Becerro de Bengoa, fue una oportunidad de cantar, aunque ella no sabía nada de música cuando empezó. “Es muy agradable estar con un grupo compartiendo esos momentos y haciendo actividades que a veces son muy bonitas”, indica a ConSalud.es.
Durante la Covid-19 también supuso una actividad que no solo le permitió recuperar el contacto con los demás, sino ayudar a recuperarse de la infección. “Tras contraer el virus me costó recuperar la capacidad pulmonar, pero gracias a los ejercicio corales, volví a conseguir respirar de forma diafragmática, lo que me ayudó a mejorar”, explica.
Para Inmaculada, paciente que tuvo que ingresar hace unos años el centro hospitalario, fue una decisión que tomo en un mal momento, justo antes de la pandemia, pero que le ha ayudado mucho. Trabajadora de una productora dedicada a hacer música infantil y para publicidad, vio en el coro de La Princesa una oportunidad para hacer algo diferente. “Y ha sido una vivencia muy enriquecedora”.
LOS COROS DE LOS HOSPITALES
Cantar no entiende de edades, de profesiones o de situación social. Todo el mundo puede realizar esta actividad que además, en el hospital, toma un sentido más humano. No solo ayuda a los profesionales o cualquier persona que participe, sino que cuando hacen algún concierto los que los escuchan son pacientes que están ingresados recibiendo tratamiento, esperando un diagnóstico, viendo las horas pasar con incertidumbre, y familiares que pasan los días junto a su cama sufriendo a su lado.
Inmaculada: "Nos contó que cuando cantamos Noche de Paz el hombre dijo que se iba en paz y escuchando a los ángeles"
Cuentan tanto Beatriz como Inmaculada que hay momentos que cantas a otras personas y ellas “te llenan”; saben que a alguien le está sirviendo. Una vez, recuerda Inmaculada, se le acercó la hija de una persona que había estado ingresada en la UCI, en sus últimos momentos de vida. “Me dijo que era Nochebuena y estábamos haciendo el concierto de Navidad. Su padre se estaba muriendo y nos contó que cuando cantamos Noche de Paz el hombre dijo que se iba en paz y escuchando a los ángeles. De esta manera se despidió del mundo y ella nos los agradeció como algo excepcional”, cuenta por teléfono con la voz tomada por la emoción.
Estos grupos corales dan conciertos en los hospitales y en las residencias de mayores, también en funerales, graduaciones universitarias o congresos. Aunque con la pandemia todavía no han recuperado esas actividades, esperan poder volver pronto a ellas. "Cualquier persona puede apuntarse, estaríamos encantadas que viniera quien quisiera", animan.