Las terapias asistidas con animales (TAA) se ofrecen a usuarios de 43 residencias de mayores en la Comunidad de Madrid. Ahora, la región extenderá el plan de estas terapias con motivo de los resultados obtenidos en materia de mejorías físicas y emocionales de los participantes.
Durante una visita a la Residencia de Mayores Amavir Valdebernardo, la consejera de Familia, Juventud y Política Social ha podido asistir a una de estas terapias con perros para comprobar cómo se desarrollan y sus efectos beneficiosos para los usuarios.
"Es una terapia que tiene resultados extraordinarios tanto en personas mayores como en menores con algún tipo de discapacidad, como autismo, porque no solo es convivir con un perro o gato durante un tiempo sino que se hace al mismo tiempo una terapia para desarrollar sus capacidades cognitivas", ha explicado.
Así, ha destacado que "mejora la calidad de vida de los mayores aprovechando el vínculo emocional que se establece entre personas y animales". En la misma línea, ha recordado que las sesiones refuerzan, pero en ningún caso sustituyen, a las terapias y tratamientos clínicos que requieren estas personas.
"De alguna forma estimula su actividad, les proporciona compañía, interés y responsabilidad. Estimula todas sus funciones tanto funcionales, sensoriales como emocionales, que es muy importante en enfermedades como el Alzheimer o cualquier tipo de discapacidad", ha concreto.
Las mascotas utilizadas en estas sesiones son perros y gatos con características y adiestramiento específicos para convertirse en co-terapeutas
Las TAA empezaron a utilizarse por primera vez a finales del siglo XVIII en un centro para personas con discapacidad intelectualde Gran Bretaña, que constató que la compañía de los animales favorecía una mejora del comportamiento social.
La Comunidad de Madrid impulsa estas actuaciones no solo en este tipo de instalaciones, sino también en casos de enfermedad mental o niños con necesidades especiales. Las sesiones con perros, que se llevan a cabo de manera regular --dos veces al mes-- en el espacio visitado por Dancausa, forman parte del tratamiento que reciben personas afectadas por Alzheimer.
La compañía de los canes les anima a pasear, activando sus funciones físicas, y disminuye su nivel de estrés, lo que facilita las relaciones sociales y la confianza con los médicos y gerocultores. Además, supone un estímulo mental para los participantes, que al evocar recuerdos de anteriores mascotas aumentan su interés por comunicarse con el exterior, una situación que genera un incremento de su atención y motivación de manera espontánea.
La mayoría de las mascotas utilizadas en estas sesiones son perros y gatos con características y adiestramiento específicos para convertirse en co-terapeutas, que influyen positivamente en los ámbitos físico, social, emocional y cognitivo.