El Servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario Santa Cristina ha comprobado, tratando a más de mil pacientes, que la infiltración de ozono en la articulación de la rodilla influye positivamente en el proceso de inflamación de la articulación, mejora el dolor, la función y la calidad de vida de los pacientes con artrosis. La artrosis es una enfermedad que afecta al 30% de los mayores de 70 años en nuestro país y el 70% de las personas mayores de 50 años muestran algún tipo de lesión en radiografías.
El tratamiento consiste en una inyección semanal de una mezcla de ozono y oxígeno directamente en la articulación afectada a lo largo de 4 semanas. Las inyecciones se realizan con anestesia tópica en la zona de la rodilla y el único efecto no deseado que se ha detectado es el dolor de la inyección en algunos casos, que cede a los pocos segundos. Los pacientes comienzan a notar mejoría a partir de la segunda inyección, si bien los beneficios del tratamiento se comprueban pasado un mes de la última inyección y se mantienen en el tiempo sin la aparición de efectos secundarios.
El uso de ozono infiltrado no cura la enfermedad, pero mejora de forma significativa la inflamación, el dolor y la funcionalidad de la articulación
La artrosis está causada por la pérdida progresiva del cartílago que protege las articulaciones, que se ve afectado por un proceso de inflamación, provocando dolor y dificultades en el movimiento. En la actualidad no hay tratamiento farmacológico definitivo para la artrosis por lo que, cuando el dolor o la pérdida de función de la articulación de la rodilla son importantes, se realiza una sustitución quirúrgica. Antes de llegar al quirófano los médicos tratan la artrosis mediante rehabilitación y medicación.
El servicio de Rehabilitación del Hospital Santa Cristina ha comprobado en distintos estudios con más de 1.000 pacientes que el uso de ozono infiltrado no cura la enfermedad, pero mejora de forma significativa la inflamación, el dolor y la funcionalidad de la articulación afectada, reduciendo el uso de medicamentos para el control de la inflamación y el dolor, mejorando la calidad de vida de los pacientes al mejorar la función de la rodilla y retrasando la necesidad de una intervención quirúrgica.
Para comprobarlo los profesionales del Hospital se han apoyado tanto en marcadores bioquímicos que miden la inflamación (como la proteína C-Reactiva y la tasa de sedimentación de eritrocitos), en escalas internacionales que evalúan el dolor y la función de la rodilla y en pruebas de imagen, que muestran que el ozono mejora el estado de la articulación.
ESTUDIO SOBRE LA INFLAMACIÓN QUE DAÑA EL CARTÍLAGO
Santa Cristina ha llevado a cabo un estudio pionero para comprobar si distintos marcadores de los agentes que originan el proceso de inflamación disminuyen después de la infiltración de ozono en la rodilla afectada por artrosis. Tras el estudio se ha comprobado que la aplicación de ozono hace que baje de forma significativa la presencia de los dos agentes estudiados (proteína C-reactiva y la tasa de sedimentación de eritrocitos) en la sangre de los pacientes y, por tanto, el proceso de inflamación se detiene, dejando de dañar el cartílago e incluso mejorando su papel articular. En estos momentos están en marcha otros estudios con otros agentes relacionados con la inflamación, las citokinas.
A esta prueba de laboratorio se suman las que reflejan la mejora del dolor y la función de la rodilla que, aplicando escalas internacionales, también disminuyen de forma significativa, lo que supone una mejora en la calidad de vida de los enfermos.