Recientemente, la Fundación Jiménez Díaz (FJD) ha celebrado una nueva edición de sus jornadas anuales "Lymphoma/Leukemia, diagnosis for targeted therapy 2022" y que tiene el objetivo de abordar en profundidad los temas relacionados con las neoplasias hematológicas y destacar la importancia de integrar a los profesionales responsables del diagnóstico con los hematólogos clínicos.
Durante el encuentro, trataron las nuevas clasificaciones de este tipo de neoplasias y ofrecieron la posibilidad de analizar diferentes casos clínicos complejos con la participación de centros de toda España. Las neoplasias hematológicas se caracterizan por ser enfermedades que afectan a los precursores que residen en la médula ósea. Dentro de estas, los linfomas y las diferentes clases de leucemias son las patologías más conocidas a nivel global y en las que "se reconocen formas de comportamiento crónico y otras de carácter agresivo, dando lugar a unas neoplasias muy diversas", explica la doctora Pilar Llamas Sillero, jefa del Servicio de Hematología y Hemoterapia de la FJD.
En los último años, se ha llevado a cabo un avance muy importante en la fase de diagnóstico de las neoplasias hematológicas gracias a la descripción de sus alteraciones genéticas, lo que facilita conocer el pronóstico y personalizar el tratamiento del paciente lo máximo posible. Por ello, la hematóloga Llamas, recalcó la importancia de la patología molecular como herramienta de diagnóstico.
Uno de los principales retos en este ámbito es la individualización de la terapia, ya que cada paciente y cada enfermedad deben de ser tratados de forma individual
Del mismo modo, el doctor Miguel Ángel Piris, especialista del Servicio de Anatomía Patológica de la Fundación Jiménez Díaz ha reiterado que la patología molecular ayuda en neoplasias mieloides como en las linfoides a establecer un diagnóstico más riguroso. Igualmente, la doctora Llamas indicó que el Comité Asesor Clínico (CAC) para neoplasias hematológicas acepta la existencia de mínimo 120 tumores distintos derivados de las células hematopoyéticas y de las variantes definidas mediante un diagnóstico molecular.
Sin embargo, para la doctora Pilar Llamas Sillero, uno de los principales retos en este ámbito es la individualización de la terapia, ya que cada paciente y cada enfermedad deben de ser tratados de forma individual. "Para determinar ante qué tipo de paciente se encuentran, deben de valorarle de forma sistemática y periódica, al igual que es necesario conocer mejor la biología de la enfermedad, por lo que es necesario que se desarrollen técnicas diagnósticas más sensibles que sean capaces de perfeccionar las clasificaciones que nos permitan establecer pronósticos fiables", indica la hematóloga.
Por el contrario, hay pacientes que no responden correctamente a los tratamientos, por lo que se necesita un nuevo desarrollo de diferentes mecanismos de acción y esquemas de mantenimiento para prologar la supervivencia del paciente. Además, la doctora Llamas considera que en leucemia y linfoma, el panorama del futuro es apasionante y, tratan de mantener el trabajo en equipo y el espíritu del esfuerzo y curiosidad para asegurar la infraestructura y los medios que les permitan seguir avanzando.