La Dirección General de Comercio de la Vicepresidencia del Gobierno y Consejería de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática de Baleares ha convocado este miércoles a la Comisión del Juego de las Illes Balears para abordar el funcionamiento de las máquinas recreativas de tipo B ─las conocidas como máquinas tragaperras─ que, en cumplimiento de la nueva ley balear, deben adaptar su actividad para no incitar al juego.
En concreto, las máquinas adaptarán su software para incluir una pantalla de inicio que preguntará al usuario si es mayor de edad y "consciente de que el juego puede crear adicciones". Además, se modificará su sistema operativo para que no emitan luces ni sonidos y, mientras no estén siendo utilizadas, permanecerán inhibidas, es decir: sin emitir ningún estímulo que pueda incitar a jugar y con la entrada de monedas y billetes completamente deshabilitada. Sólo se podrá ver, a modo de salvapantallas, un mensaje que recuerde la prohibición legal del juego a personas menores de 18 años ya las inscritas en el registro de personas autoprohibidas, así como una alerta de que «la práctica del juego puede crear adicción».
Es el consenso que ha logrado el Govern con fabricantes e instaladores para agilizar la adaptación de las llamadas máquinas tragaperras a la nueva ley balear del juego, en vigor desde el pasado 8 de abril y mucho más estricta con la protección de personas vulnerables que la anterior legislación autonómica.
La ley contempla un plazo máximo para adaptar las aproximadamente 5.000 máquinas tragaperras que conforman el parque en las Islas Baleares que llega hasta finales de 2024
Una de las primeras medidas de esta nueva legislación autonómica que ha querido desplegar el Govern ha sido cambiar las máquinas tragaperras y, según ha explicado el vicepresidente del Gobierno, Juan Pedro Yllanes, ha sido una decisión política: «[...] porque éstas son de muy fácil acceso. Se encuentran en bares, restaurantes… No las vas a buscar… Las encuentras. Y, por tanto, es necesario actuar de inmediato. Son posibles fuentes de inicio en el juego y por tanto de adiciones potenciales. Y esto es lo que debemos evitar, es nuestro compromiso».
Por su parte, el director general de Comercio del Govern, Miquel Piñol, ha explicado que, si bien la ley contempla un plazo máximo para adaptar las aproximadamente 5.000 máquinas tragaperras que conforman el parque en las Islas Baleares que llega hasta finales de 2024, es la voluntad tanto de este Gobierno como de los propios fabricantes e instaladores de que la adaptación y homologación de las máquinas se realice lo antes posible.
Además del vicepresidente del Gobierno, Juan Pedro Yllanes, y del director general de Comercio, Miquel Piñol, participaron en la reunión: Maria Eugenia Janer; del Área de Inserción del Plan de Adicciones y Drogodependencias de las Islas Baleares (PADIB); Gabriel Simonet Homar, delegado de Codere en Baleares; Miguel Ángel Riera, adjunto a la presidencia de la Asociación de Empresarios de Salas Recreativas y de Juego de las Islas Baleares (SAREIBA), y Felip Amengual y Guillem Coll, de la Asociación de Comerciantes de Máquinas Accionadas por Monedas (ACOMAM) .