Un grupo de investigación en deterioro cognitivo en la enfermedad de párkinson del Hospital Universitario Central de Asturias busca voluntarios en las Cuencas para poder desarrollar su proyecto.
La investigación, según informa La nueva España, se inició en 2015 con el objetivo de identificar biomarcadores que permitan predecir la evolución que pueda tener la enfermedad en cada paciente. De momento hay cerca de 300 voluntarios pero según explica la neuróloga Laura Martínez Rodríguez se necesitan más personas de esta manera “la muestra será más fiable”.
El objetivo es descubrir con una sola analítica por donde va a evolucionar la enfermedad
Martínez Rodríguez participó en una charla organizada por la asociación Parkinson Jovellanos, que cuenta con delegación en Laviana y el año pasado recibió el premio de la Fundación Emilio Barbón. A los voluntarios, como señaló la neuróloga, "les miramos cómo están en el aspecto motor, cognitivo y neuropsiquiátrico; y sobre eso hacemos una analítica con diferentes marcadores genéticos, donde buscamos qué patrones pueden tener, por ejemplo, una mejor evolución motora o cognitiva, o una peor evolución".
El objetivo que se pretende es, "establecer un diagnóstico de la enfermedad de Parkinson, poder con una analítica identificar por dónde va a evolucionar la enfermedad".
Su intención ahora, "más que presentar datos preliminares, es dar esperanza a los pacientes, que conozcan que cada día hay más avances y más personas investigando". Martínez Rodríguez explicó que el proyecto surgió en el año 2015 "a través de una beca del ministerio, y tras la que fomentaron que en genética nos pudiesen ayudar". De momento, "no tenemos datos oficiales, aunque sí hemos dado una pincelada en algún congreso, pero todavía tenemos que contar con más pacientes".
En este sentido, la neuróloga destacó que "es vital" la colaboración con asociaciones como Parkinson Jovellanos para reclutar pacientes. "Además, cuando conocen algo sobre la investigación, todo el mundo se ofrece". Eso sí, admitió la doctora que sigue habiendo cierto estigma con la enfermedad. "El paciente neurológico está muy estigmatizado, porque son enfermedades raras y desconocidas", señaló que, en el caso del párkinson "cada vez hay más diagnósticos al ser Asturias una población bastante envejecida".