Teruel es uno de los ejemplos de lo que supone la denominada como “España vaciada”. Una de las reclamaciones históricas en los últimos 15 años de los turolenses ha sido la mejora de sus anticuados y deteriorados centros hospitalarios. Unas demandas que parecía que iban a verse satisfechas con las reformas del Hospital Obispo Polanco ubicado en Teruel. Pero parece que no va a ser así.
Las obras de reforma del que es el segundo hospital más antiguo de España (1953) parece que no van a contentar a nadie. Tal y como informan desde Voz Populi, todo apunta a que las instalaciones serán más pequeñas que las actuales y que el centro carezca de algunos servicios como el de radioterapia.
La falta de este servicio continuaría obligando a que, por ejemplo, los enfermos de cáncer de la regióntengan que seguir viajando hasta Zaragoza para poder someterse a los tratamientos pertinentes. Una situación que se repite también en Huesca.
Los pacientes califican el centro hospitalario como obsoleto y carente de muchas especialidades que les obligan a tener que trasladarse a otros hospitales como el Clínico o el Miguel Servet. El hospital tiene que atender a unas 80.000 personas residentes en toda la provincia.
Los pacientes califican el centro hospitalario como obsoleto y carente de muchas especialidades que les obligan a tener que trasladarse a otros hospitales como el Clínico o el Miguel Servet
Tal y como ha informado la Consejería de Sanidad del Gobierno de Aragón a la citada cabecera, el plazo de finalización de las obras está previsto para finales de 2022. La cuantía del nuevo edificio licitado supera los 103 millones de euros y sustituirá al viejo edificio del Obispo Polanco.
Desde Salud han informado que el nuevo hospital contará con un total de 78 habitaciones dobles (156 camas), más 56 camas individuales (49 individuales y siete polivalentes). En total el centro albergará 212 camas, mas 12 de UCI y cinco cunas para neonatos.
Lo cierto es que los médicos de la región observan con recelo y desconfianza este nuevo proyecto. Paco Rodilla, delegado del Sindicato de Médicos de Aragón en el Obispo Polanco, explica en la citada cabecera que, después de 15 años con “esta historia interminable, creemos que los partidos políticos no tienen demasiado interés en este nuevo hospital (mucho dinero para poco población)”.
“Aunque estarían encantados de 'hacerse la foto', por otro lado estarían encantados de encontrar alguien a quien echar la culpa de una nueva paralización de su construcción (y demorar la inversión unos cuantos años)”, añade.
Unas quejas que se han incrementado después de contemplar los planos de las obras. Rodilla indica que temen que el nuevo hospital sea incluso más pequeño que el existente y que se reduzca su ya empobrecida cartera de servicios. “Han presentado un diseño francamente mejorable que ha generado críticas prácticamente unánimes”.
Unas preocupaciones que se hacen extensibles a los enfermos. Así lo manifiesta Patxi García, gerente de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) en Aragón. Califica Teruel y Huesca como “puntos negros” de la radioterapia en España y recuerda que los enfermos de cáncer en Teruel tiene que acudir a recibir su tratamiento a Zaragoza.
"La preocupación es que no tenemos la certeza de que realmente se esté planteando. Sanidad no nos ha afirmado rotundamente que vaya a ser así. Tampoco existe esa certeza en Huesca".
Sanidad de Aragón explica ante estas acusaciones, que “ya se hace radioterapia intraoperatoria y el Gobierno de Aragón se ha comprometido a que el futuro hospital tendrá la mejor solución tecnológica que haya cuando se vaya a inaugurar”.