El último Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) del 9 de febrero, dedicado de manera monográfica a la Atención Primaria, sirvió para que las CC.AA. y el Ministerio de Sanidad pusieran sobre la palestra uno de los principales desafíos que aguardan a nuestra sanidad: cubrir las plazas de facultativos en verano. No en vano, durante este periodo estival se notarán los efectos que la pandemia tuvo a la hora de que los MIR de 2020 comenzarán su estancia como residentes, y ahora ese retraso llevará a que su periodo formativo finalice en el mes de septiembre.
De esta manera, la ministra de Sanidad, Mónica García, aseguró que estos efectivos “van a terminar su formación en tiempo y forma”, es decir, que no accederá a las peticiones de algunas regiones para adelantar el fin de su periodo formativo de cara a disponer de ellos como refuerzo estival, aunque sí podrán “trabajar de forma autónoma”. Sin embargo, no llegó a concretarse un consenso en la manera de actuar para dar respuesta a esta problemática, quedando abierta la vía para que las CC.AA. trasladen sus propuestas en un nuevo encuentro.
“Se estén cubriendo puestos de mucha responsabilidad con médicos egresados que no tienen ningún tipo de especialidad y cero días de experiencia"
En este contexto, regiones como Aragón han insistido en que el apartado 'Movilidad por necesidades asistenciales', ampara a que en caso de tener que recurrir a personal sanitario en formación (residentes) para cubrir puestos fuera de la zona de salud de adscripción, que no se puedan cubrir por falta de profesionales, se pueda hacer una excepción de forma voluntaria, y siempre por necesidades de servicio. Una medida que la secretaria general de CESM Aragón, Dra. Mercedes Ortín, ve como “la menos mala” en un marco en el que “no se ha solucionado ni planificado una solución de base al problema de falta de profesionales sanitarios en todo el país”.
La responsable sindical señala que “en un mundo ideal” no habría que acogerse a estas prácticas excepcionales, pero las circunstancias están llevando a que tanto en Aragón como en el resto de España “se estén cubriendo puestos de mucha responsabilidad con médicos egresados que no tienen ningún tipo de especialidad y cero días de experiencia, así como con profesionales de países fuera de Europa que tampoco disponen del perfeccionamiento en habilidades que te proporciona una formación de cuatro o cinco años”. Por ello, ¿no es mejor utilizar a los médicos MIR, aunque les falten 4 meses para finalizar su residencia?, se pregunta.
“Esta incorporación voluntaria y siempre tutorizada por un colaborador docente, cuatro meses antes de perfeccionar su especialidad, dentro de estas cosas que están ocurriendo en España, puede ser lo menos malo"
Por otra parte, el colectivo médico tiene claro que la línea roja para este refuerzo de facultativos residentes en verano pasa porque sea “una incorporación voluntaria de los MIR de último año y, en el caso del que no la quiera, que este pueda terminar sus meses de perfeccionamiento”. Una circunstancia que desde el Gobierno de Aragón comparten, y para lo que plantean un “complemento en reconocimiento”a ese esfuerzo estival, así como ofrecerles un contrato de especialista en septiembre. En todo caso, aclaró el Gobierno autonómico, los MIR deberán realizar su función en centros docentes o habilitados para la tutorización por parte de un médico de Familia.
Lo que queda patente con la amenaza de muchos puestos sin cubrir durante el periodo estival –especialmente en AP- es la fragilidad de las plantillas disponibles en el SNS, algo que excede a la propia circunstancia sobrevenida de los MIR 2020. “Esta incorporación voluntaria y siempre tutorizada por un colaborador docente, cuatro meses antes de perfeccionar su especialidad, dentro de estas cosas que están ocurriendo en España, puede ser lo menos malo, pero partimos de la base de que no está bien. El déficit estructural de médicos es un problema extremadamente grave”, resalta la doctora.
“Cuando estás al final del cuarto o quinto año –dependiendo de la especialidad- ya tienes mucha más autonomía, pero eso no quiere decir que hasta el último día de tu residencia MIR no estés supervisado"
En relación a la autonomía de los médicos residentes, la representante de CESM en Aragón aclara que en el último periodo de su formación en el Sistema Nacional de Salud disponen ya de capacidades suficientes como para manejarse de manera autónoma. “Cuando estás al final del cuarto o quinto año –dependiendo de la especialidad- ya tienes mucha más autonomía, pero eso no quiere decir que hasta el último día de tu residencia MIR no estés supervisado. Eres autónomo y habrá un 80% de tareas para las que estés perfectamente preparado, pero puede surgir un problema muy puntual”, aclara la secretaria general de CESM Aragón.
Por otro lado, desde el sindicato médico aragonés desvelan que “no es la primera vez” que se produce la incorporación de residentes de último año de manera ‘acelerada’, algo a lo que los servicios de salud se vieron obligados para dar respuesta a la explosión de la Covid-19. Además, en muchas CC.AA. como Aragón “esta figura ya se ha utilizado para cubrir algún puesto con especial problema de cobertura durante el pasado verano, cuando “varios compañeros, antes de acabar su especialidad de familia, voluntariamente acudieron a un centro de salud de un pueblo de Zaragoza. Es decir, esto ya se ha hecho”, apunta la facultativa.
“Es hora de que los consejeros de Sanidad, el ministerio y el propio Gobierno tomen conciencia y dejen de hablar de parches sin abordar verdaderamente el problema”
De esta manera, los médicos de Aragón trasladan un sentir de preocupación extensible al que aquejan el resto de sus compañeros de todo el país: la falta de efectivos y la creciente sobrecarga laboral que esto conlleva. Una circunstancia ante la que la Dra. Ortín invita a “hablar claro” y comenzar a aplicar medidas urgentes. “Es hora de que los consejeros de Sanidad, el ministerio y el propio Gobierno tomen conciencia y dejen de hablar de parches sin abordar verdaderamente el problema”, concluye.