Como la gran parte de las regiones españolas, Aragón se encamina hacia el final de su legislatura de cara a las próximas elecciones autonómicas del próximo 28 de mayo. Un mandato sanitario sustentado sobre la gestión de dos mujeres que han tenido que enfrentarse a los estragos de la pandemia de Covid-19 y a las reclamaciones de los sindicatos como sus mayores retos. La crisis del coronavirus terminó precipitando la dimisión de Pilar Ventura al frente de la Consejería, tomando el remplazo Sira Repollés con el objetivo de abordar la crisis pandémica y sus consiguientes consecuencias; tales como aplacar los ánimos de los profesionales sanitarios y reconstruir la solidez del servicio de salud de la región.
Con el comienzo de la presente legislatura, Javier Lambán, presidente socialista de Aragón decidió renovar su confianza en la que hasta entonces era la consejera de Sanidad, Pilar Ventura. Los retos que tenía por delante la responsable sanitaria se centraban en hacer frente a los problemas con las listas de espera -realidad acuciante de la región- y templar el malestar de los sindicatos por lo que consideraban promesas incumplidas y “engaños” por parte de la Consejería, unas polémicas pendiente de resolver en su anterior mandato. A la postre, su verdadero dolor de cabeza vino con la explosión de contagios por Covid-19 y la manera de gestionar la crisis durante esas primeras semanas.
EXPLOSIÓN DE COVID-19 Y CAMBIO DE CARA
El 4 de marzo de 2020 se produjo el primer contagio de coronavirus en Aragón y sólo dos días después la región tuvo que lamentar el primer fallecido. Desde ese momento comenzó un periodo de sorpresa e incertidumbre que asoló a todo el país, con el incesante goteo de nuevos infectados y víctimas mortales. Una situación que, como al resto de Consejerías nacionales, pilló a Ventura por sorpresa, llevándola a la dimisión prácticamente un mes después de la llegada de la Covid-19 a Aragón. El detonante fueron unas declaraciones en las que afirmaba que se permitió a los profesionales sanitarios fabricar sus propios equipos de protección (EPIs) porque les resultaba “un estímulo” y “sentían que colaboraban”.
Aragón es la CC.AA. con mayor tasa de muertes en pandemia en relación a sus habitantes; 5.442 fallecidos sobre 1.329.391 habitantes
Apenas un día después de que se confirmara la dimisión de Pilar Ventura, se anunciaba que Sira Repollés tomaría el relevo en estos delicados momentos que vivía la región. Su llegada trajo la inmediata reclamación por parte de médicos de Atención Primaria de más recursos para atender a los pacientes de Covid-19 y al resto de patologías que estaban desbordando los centros de salud. No en vano, Aragón es la CC.AA. con mayor tasa de muertes en pandemia en relación a sus habitantes; 5.442 fallecidos sobre 1.329.391 habitantes.
El primer plan de choque contra la transmisión del virus llegó con el estado de alarma decretado desde el Gobierno central, junto a esto el Servició Aragonés de Salud apostó desde el principio por el diagnóstico telefónico a través de 061 y por personarse en los domicilios para tomar muestras de los individuos con síntomas sospechosos. Todo esto dentro de las fuertes normas de confinamiento, cierres perimetrales, prohibición de reuniones y clausura de locales de ocio, comerciales y alojamientos. Medidas destinadas a reducir el impacto de la pandemia mientras los sanitarios sostenían a duras penas la crítica situación.
El 2020 resultó un año marcado por la “situación extraordinaria” que supuso la Covid-19 y en el que el sistema sanitario aragonés “resistió la embestida del virus” gracias a la “dedicación y sacrificio” de todos los sanitarios
La propia consejera, Sira Repollés, admitía a ConSalud.es que el 2020 resultó un año marcado por la “situación extraordinaria” que supuso la Covid-19 y en el que el sistema sanitario aragonés “resistió la embestida del virus” gracias a la “dedicación y sacrificio” de todos los sanitarios. Un año en el que la dirigente remarcaba que se había continuado el proceso de mejora de infraestructuras, la apuesta por la salud mental, un plan de abordaje contra el suicidio y un potenciamiento de la Atención Primaria de la región. Además, la llegada del nuevo año 2021 trajo la esperanza de la vacuna, que permitió que se fuera avanzando en la desescalada de la pandemia y el comienzo de un progresivo proceso de inmunización desde la población más vulnerable hasta la práctica totalidad actual.
Sin embargo, ese año también supuso lidiar con la llegada desucesivas olas de contagio que marcaron la actualidad del territorio. Periodos en el que los centros de salud volvieron a sufrir los estragos de la Covid-19 y la población vio regresar las medidas restrictivas a sus vidas. Mención especial merece la séptima ola de Covid-19 en Aragón, donde se ensañó con especial virulencia. Un 2021 que sirvió también para avanzar en campos como la digitalización y la telemedicina; mejorando la accesibilidad de los ciudadanos a la salud, la creación de herramientas de análisis de datos y la implantación de un modelo asistencial más preventivo y proactivo.
LOS SANITARIOS CLAMAN MEJORAS
La sucesiva vuelta a la normalidad que supuso el comienzo de 2022 vino acompañada de una creciente reclamación por parte de los profesionales sanitarios aragoneses. Tras dos difíciles años combatiendo la pandemia alzaron la voz para reclamar a Pilar Ventura soluciones a los estragos que la Covid-19 había dejado en sus condiciones laborales y en el funcionamiento del Servicio Aragonés de Salud. En esta línea, el sindicato Satse anunció para ese mes de febrero movilizaciones en defensa del sistema sanitario -carente de RR.HH- y de sus profesionales. Los médicos mostraron en reiteradas ocasiones la necesidad de medidas urgentes en el refuerzo del primer nivel asistencial.
Unas reivindicaciones por parte de los facultativos que se mantuvieron presentes durante todo 2022 a pesar de la trasladada voluntad de la consejera de implementar soluciones a las carencias de la AP de Aragón
Unas reivindicaciones por parte de los facultativos que se mantuvieron presentes durante todo 2022 a pesar de la trasladada voluntad de la consejera de implementar soluciones a las carencias de la AP de Aragón y cuya brecha continúa presente este año 2023. En concreto, el pasado 8 de marzo los acuerdos previos a los que se llegó entre la Consejería de Sanidad y la mesa sectorial fueron ratificados por el gobierno aragonés. Si bien, esto no ha servido para poner fin al malestar de todos los trabajadores. No en vano, este mismo lunes representantes de CCOO, UGT y CSIF se han encerrado en una de las salas de la gerencia del Servicio Aragonés de Salud como medida de presión para obtener respuesta a sus reivindicaciones -como la jornada de 35 horas- y que les ha llevado a una huelga prevista para este viernes, 31 de marzo, si no se concretan los preacuerdos con Sanidad por escrito.
LAS LISTAS SIGUEN A LA ESPERA
Al margen no haber podido aplacar hasta el momento las demandas de los sanitarios, Ventura ha desarrollado iniciativas dignas de mencionar como: el Plan de Salud Mental 2022-2025; la actualización de su estrategia de cuidados paliativos (iniciado al 39%); o medidas en la línea de avanzar en la Historia Clínica Electrónica Global y Única. Lo que la consejera aragonesa no ha podido solucionar a pesar de susdeclarados intentos es el hecho de que Aragón sea la tercera región española con mayor espera para una primera consulta en un médico especialista, así como la primera, junto a Cataluña, en las mayores listas de espera para operarse. Una asignatura que quedará pendientes para el próximo titular de Salud que salga de los inminentes comicios del 28 de mayo.