El Sindicato Médico de Málaga ha denunciado este miércoles un nuevo caso de violencia contra sanitarios en un centro hospitalario. Los hechos tuvieron lugar el pasado viernes en el Hospital Materno Infantil de Málaga cuando presuntamente una paciente de la planta de Maternidad agredió e insultó a una facultativa que le estaba atendiendo.
En un comunicado el sindicato ha explicado que la paciente "agredió tanto física como verbalmente a la médica que la asistía, propinándole un empujón e insultándola gravemente, llegando incluso a obligarla a abandonar la habitación". La facultativa tuvo que precisar atención médica de urgencias tras la agresión.
“Dos casos en los primeros quince días del año evidencian que este grave problema sigue enquistado"
Desde el SMM han mostrado de nuevo su rechazo "ante esta realidad que un año más azota a nuestros profesionales" y han indicado que este segundo caso en los primeros 15 días de 2025, "evidencia que este grave problema sigue enquistado".
"A pesar de los continuos llamamientos para evitar este tipo de comportamientos y a las medidas que se han puesto en marcha, tenemos que lamentar que una facultativa que solo trataba de cumplir con su trabajo se vea en esta inaceptable situación", han lamentado.
Asimismo, han señalado que al facultativo "no se respeta y se le culpa de todos los males de la situación sanitaria del país por aquellos usuarios que protagonizan estas agresiones cada vez más comunes". Por eso, vuelven a exigir "medidas más eficaces y contundentes que contribuyan a erradicar estos comportamientos".
AMENAZA DE MUERTE EN EL MISMO HOSPITAL
No es la primera vez que este hospital es escenario de amenazas a profesionales sanitarios. El pasado mes de noviembre, una mujer acudió al servicio de urgencias del Hospital Materno Infantil de Málaga junto a su hijo, quien presentaba una dolencia abdominal. El niño ya había visitado el hospital en días previos por los mismos síntomas. Aunque los profesionales médicos barajaban la posibilidad de una apendicitis, la cirujana que atendió al paciente determinó que era necesario mantenerlo en observación y decidió su ingreso para continuar con las pruebas pertinentes.
La situación se complicó cuando la madre del menor, que estaba en una videollamada con su esposo, pidió a la cirujana que informara al padre sobre el estado del niño. La profesional, debido a sus obligaciones laborales, no pudo atender la solicitud, lo que desencadenó una reacción violenta por parte del padre, quien comenzó a comportarse de manera agresiva durante la llamada. Poco después, el hombre se presentó en el hospital y amenazó de muerte a la cirujana pediátrica. Los servicios de seguridad del hospital y la Policía tuvieron que intervenir, y la profesional presentó una denuncia formal por las amenazas recibidas. Ante la gravedad de los hechos y por temor a posibles represalias, la cirujana pidió a su esposo que la recogiera al finalizar su turno de guardia.