Un nuevo sanitario ha sido agredido en Andalucía apenas una semana después de la sufrida por un médico de guardia del centro de salud de El Cerro de Andévalo, pueblo de la provincia de Huelva. En esta ocasión, la víctima es una pediatra, que fue amenazada de muerte por un padre que no estaba de acuerdo con la asistencia que le estaban prestando a su hijo.
Los hechos, de los que ha informado el Sindicato Médico de Málaga, tuvieron lugar el pasado viernes 2 de junio en la Unidad de Cuidados Críticos Pediátricos del Hospital Materno-Infantil de la ciudad andaluza. Allí, el padre de uno de los niños ingresados en el hospital arremetió verbalmente contra su pediatra, “llegando incluso a amenazarla de muerte al no estar de acuerdo con las pautas de asistencia que a su hijo se le vienen prestando”.
El agresor recibió una orden de alejamiento tras la celebración de un juicio rápido
No se trata, además, de algo nuevo, ya que el personal que atiende al menor indica que esta actitud por parte del padre se viene produciendo desde el ingreso en la unidad de su hijo, “con frecuentes descalificaciones y obstrucciones al normal desarrollo de la actividad de los profesionales”. Tras la denuncia de la pediatra y la celebración de un juicio rápido, el agresor ha recibido una orden de alejamiento del centro.
Para mostrar su rechazo ante esta “realidad que va camino de instaurarse en la sociedad si no se toman medidas eficaces”, el Sindicato Médico de Málaga ha convocado una concentración este jueves 8 de junio en la escalinata principal del Hospital Materno Infantil. En las protestas también participará el Sindicato de Enfermería (SATSE).
"VOLVEMOS A LA CASILLA DE SALIDA"
Como se mencionaba al comienzo del artículo, hace apenas una semana se produjo un nuevo caso de agresión, en este caso física, en un centro de salud andaluz. Un paciente acudió al centro de salud de El Cerro de Arévalo, en Huelva, solicitando la receta para un opiáceo.
Tras recibir la receta e ir a la farmacia a comprarlo, regresó al centro “ofuscado” al no estar de acuerdo con el tiempo de prescripción del medicamento y la emprendió contra el médico de guardia, atacándole con la barra de seguridad de una puerta. El técnico de ambulancia del centro de salud se tuvo que interponer entre medias de ambos, siendo también golpeado en el brazo por la barra.
“Volvemos a la casilla de salida, a una cifra similar a la que teníamos en 2019 (1.524), con lo que una vez más ponemos el grito en el cielo porque además hay muchas agresiones todos los días que no se comunican al centro por la normalización de dichas conductas”, indicó entonces CSIF, añadiendo que “que no se pueden normalizar bajo ningún concepto este tipo de conductas”.
“Las agresiones físicas y psíquicas que sufrimos diariamente todos los empleados y empleadas públicas, hace necesario una adecuación urgente que actúe como medida disuasoria frente a conductas reprobables e intolerables. Nada justifica el uso de la violencia hacia un profesional de la sanidad”, reclaman. “Entendemos que la Administración debe incorporar un expediente administrativo e imponer sanciones administrativas adecuadas”, concluyen, lamentando que no acudiese entonces “ningún responsable sanitario de la Administración".