Antonio Mingorance ostenta simultáneamente la presidencia de dos entidades de gran relevancia en el sector farmacéutico español: Bidafarma, la principal cooperativa de distribución de medicamentos en Andalucía y el Consejo Andaluz de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (CACOF). Esta doble presidencia ha generado un intenso debate sobre sus posibles implicaciones democráticas y la existencia de posibles conflictos de interés.
Es cierto que en ambos casos Mingorance ha sido elegido democráticamente y por tanto no existe ninguna duda sobre su legitimidad, pero debería existir algún sistema que regulara y evitara este tipo de situaciones que podrían alterar la normalidad democrática al concentrar en la misma persona dos cargos de máxima responsabilidad con claros intereses distintos. La concentración de poder en una sola persona puede generar riesgos para la transparencia, la rendición de cuentas y la competencia. En el caso de Mingorance, su doble presidencia le otorga un control significativo sobre la distribución de medicamentos en Andalucía y sobre la representación de los farmacéuticos de la región. Esta concentración de poder podría dificultar el control público de las actividades de Bidafarma y del CACOF, y podría limitar la capacidad de otros actores del sector para competir en igualdad de condiciones.
"Esta concentración de poder podría dificultar el control público de las actividades de Bidafarma y del CACOF, y podría limitar la capacidad de otros actores del sector para competir en igualdad de condiciones"
Además, la doble presidencia también podría generar conflictos de interés entre sus responsabilidades en Bidafarma y en el CACOF. Por ejemplo, Mingorance podría verse tentado a favorecer a Bidafarma en sus decisiones como presidente del CACOF o viceversa. Estos conflictos de interés podrían perjudicar a empresas farmacéuticas, a distribuidoras, a los consumidores, a los farmacéuticos y al sistema sanitario en general.
Algunos críticos argumentan que la doble presidencia de Mingorance limita la representación de la diversidad de intereses en el sector farmacéutico. Bidafarma y el CACOF son dos entidades con objetivos e intereses diferentes, y la doble presidencia podría dificultar que ambas organizaciones representen adecuadamente a todos sus miembros.
El acuerdo firmado por el CACOF y el SAS para reforzar el compromiso con la dispensación de genéricos, por el cual las farmacias andaluzas (excepto las farmacias VEC, viabilidad económica comprometida) tienen que devolver el 5% de la facturación de medicamentos genéricos y los laboratorios fabricantes el 10%, se debe seguir con escrupulosa vigilancia para que el convenio permita la igualdad de oportunidades a las empresas fabricantes de genéricos y distribuidoras de medicamentos en Andalucía y evitar que exista trato de favor o competencia desleal.
"El acuerdo firmado por el CACOF y el SAS se debe seguir con escrupulosa vigilancia para que el convenio permita la igualdad de oportunidades a las empresas fabricantes de genéricos y distribuidoras de medicamentos en Andalucía y evitar que exista trato de favor o competencia desleal"
Esta medida, que no ha gustado a todos los fabricantes de medicamentos genéricos ya que, a priori, beneficia a los que mayor volumen de unidades producen, puede suponer la caída de facturación para las empresas más pequeñas que no sean capaces de competir con las bonificaciones que ha prometido el CACOF a sus asociados a través de este acuerdo.
Parece claro que el mayor beneficiado de este convenio es nuevamente Bidafarma, ya que al ser el mayorista principal de Andalucía podría negociar unas condiciones muy favorables con determinados fabricantes, cuyos costes por unidad fabricada es menor dado el volumen de producción y de esta forma Bidafarma ofrecería un porcentaje mayor del 5% que tiene que devolver las farmacias por este acuerdo, siempre que compraran los genéricos que más le interese a Bidafarma.
Esta situación, de producirse, podría alterar la libre competencia entre empresas farmacéuticas de genéricos (también de los medicamentos de marca), así como, dificultaría la actividad comercial de otras distribuidoras farmacéuticas. Una vez más, quien ganaría sería Antonio Mingorance.