Las enfermeras andaluzas salen a la calle: "Somos la enfermería más precarizada de todo el SNS"

El presidente de AEIR, Guillermo Vera, explica las principales causas del malestar de su colectivo, que han llevado a que la Plataforma Enfermera de Andalucía (PEPA) convoque próximas movilizaciones

El presidente de AEIR, Guillermo Vera, atiende a ConSalud.es. (CS)
12 septiembre 2024 | 19:30 h
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Los profesionales de Enfermería de Andalucía volverán a salir a las calles para reclamar mejoras laborales para el colectivo. Una nueva llamada a la movilización convocada por la Plataforma Enfermera de Andalucía (PEPA) y a las que se ha adherido este pasado lunes AEIR-Andalucía. En el epicentro de este malestar profesional aparecen algunas cuestiones como la falta de plantillas, la reclasificación A1, el reconocimiento de las especialidades o la demanda de una actualización anual de las bolsas del Servicio Andaluz de Salud (SAS).

En este sentido, el presidente de AEIR, Guillermo Vera, explica a ConSalud.es que la chispa de estas protestas andaluzas prendió a raíz de la reciente convocatoria de huelga de las enfermeras de Cataluña, que “nos inspiraron al resto de territorios a organizarnos y nos dieron una lección de compromiso por la causa”. Este ejemplo ha cundido, sirviendo ahora para la convocatoria de dos marchas: el 20 de octubre en Sevilla y el 10 de noviembre en Málaga.

"No hacemos más que perder poder adquisitivo cada año, viendo como faltan enfermeras porque no se contratan, no se cubren las bajas y, encima, pretenden que nos jubilemos a los 67 años”

Desde la Asociación EIR explican que la enfermería andaluza es “de las más precarizadas” del Sistema Nacional de Salud. “El SAS ha dejado este año 2023 el 51% del presupuesto en Sanidad sin ejecutar. Esto es intolerable cuando no hacemos más que perder poder adquisitivo cada año, viendo como faltan enfermeras porque no se contratan, no se cubren las bajas y, encima, pretenden que nos jubilemos a los 67 años”, relata Vera, quien denuncia que se está “desvalijando la sanidad pública en beneficio de la sanidad privada”.

Entre los principales problemas que las profesionales se encuentran aparecen circunstancias como un salario insuficiente para las responsabilidades que desempeñan, una bolsa de trabajo que no se actualiza desde 2021, especialidades enfermeras sin reconocer, bajas y jubilaciones que no se cubren u obstáculos burocráticos para acreditar la carrera profesional, cuando en otros territorios se hace de manera automática. “A esto se añaden unas ratios insuficientes de profesionales, pues recordemos que la ratio de enfermeras por habitante es casi el doble en Euskadi o Navarra que en Andalucía”, refleja.

“Se marchan porque no se puede vivir cobrando solo en verano y dos semanas en Navidad (y con suerte). No hay espacio para el desarrollo profesional en el SAS"

En este contexto, el presidente de AEIR sostiene que “demasiado han tardado” en su colectivo para organizarse y salir a las calles. Una pasividad de la que culpa a los propios sindicatos, considerando que “no movilizan ni defienden a las enfermeras”. “Al final, solo nos tenemos a nosotras. Hay que trabajar por la unidad del colectivo, que es amplio y diverso, pero debe ser sobre todo solidario y comprometido con mejorar las condiciones de las enfermeras: desde la que todavía no está en la bolsa -acabó en 2022-, hasta la que encadena bajas con 61 años hasta su jubilación porque no le da el cuerpo para trabajar más”, lamenta Vera.

FUGA DE TALENTO

Fruto de la realidad que estas profesionales encuentran, tanto en Andalucía como en el resto del país, se viene dando una significativa fuga de talento. Nuestro país forma y exporta enfermeras muy cualificadas que hacen falta, pero de las que no puede disfrutar nuestra sanidad. “Se marchan porque no se puede vivir cobrando solo en verano y dos semanas en Navidad (y con suerte). No hay espacio para el desarrollo profesional en el SAS, pero es que tampoco es posible el desarrollo personal si eres enfermera en Andalucía”, denuncia indignado el enfermero.

"A nivel de gestión de recursos públicos, es humillante ver cómo el SAS es el mayor exportador de enfermeras de España. Por eso decimos 'basta', porque queremos vivir y trabajar en nuestra tierra"

En esta misma línea, Vera se pregunta qué vida puede construir una persona trabajando cuatro meses al año: “¿Quién nos alquila un piso o qué banco nos concede una hipoteca con esa vida laboral? Nos vamos para poder vivir. Es un exilio económico. Y es dramático por lo personal, pero, a nivel de gestión de recursos públicos, es humillante ver cómo el SAS es el mayor exportador de enfermeras de España. Por eso decimos 'basta', porque queremos vivir y trabajar en nuestra tierra. Hay dinero, ese no es el problema”.

Por todo ello, las enfermeras se preparan para hacer visible su malestar en las calles. Esperan que con ello la Consejería de Sanidad dé pasos adelante para aumentar la contratación de efectivos, con contratos estables y mejor pagados; así como que se apueste verdaderamente por implementar y actualizar las bolsas de trabajo, también las específicas para especialistas. “Por su parte, al Ministerio le pedimos el reconocimiento del grado universitario en el nivel profesional, y la jubilación anticipada por profesión de riesgo físico y mental”, concluye el responsable de AEIR.

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