De “cambio histórico” calificaba Susana Díaz en 2013 su llegada a la Presidencia de la Junta de Andalucía. Era la primera mujer en conseguirlo.
Con estas mismas palabras se ha referido Juan Manuel Moreno, líder del PP en Andalucía, sobre el giro político que se ha producido en la comunidad andaluza, y que se materializaba este miércoles con el acuerdo de investidura entre su partido, Cs y Vox. De este modo, quedan atrás más de 35 años de liderazgo del PSOE en Andalucía.
Susana Díaz anunciaba entonces su renuncia a presentar su candidatura a la investidura como presidenta de la Junta. Con su marcha de la presidencia autonómica se dice adiós a un mandato donde la sanidad ha ocupado un lugar prioritario, con tres consejeros del ramo que han tenido que lidiar con las protestas de profesionales sanitarios y pacientes. Movilizaciones que en 2018 sacaban a la calle a uno de los principales ejes del SNS, la Atención Primaria.
María José Sánchez Rubio (2013-2015), Aquilino Alonso (2015-2017) y Marina Álvarez (2017- Actualidad) son las tres caras sanitarias del liderazgo de Díaz en sus seis años al frente de la Junta.
Sánchez Rubio recogía de manos de su antecesora una de las medidas más polémicas en materia sanitaria: la subasta de medicamentos
En septiembre de 2013 María José Sánchez Rubio se convertía en consejera de Igualdad, Salud y Políticas Sociales. Sustituía en el cargo a María Jesús Montero, que pasaba a liderar la Consejería de Hacienda y que, actualmente, ocupa la cartera de Hacienda en el Gobierno de Pedro Sánchez.
Precisamente, Sánchez Rubio recogía de manos de su antecesora una de las medidas más polémicas en materia sanitaria: la subasta de medicamentos. Esta iniciativa del Gobierno de José Antonio Griñán nacía con el objetivo de intentar disminuir el número de facturas de medicamentos que había acumuladas en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) con motivo de la crisis económica.
Las críticas por parte de la oposición, del Gobierno central, de la Asociación de Farmacéuticos de Andalucía (Afaran) y de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (Aeseg), entre otros, no se hicieron esperar, y se calificó dicha medida de desigual por vulnerar los pilares de equidad y cohesión.
De hecho, dicha polémica ha llegado hasta hoy. Hace unos días, la exministra de Sanidad y actual portavoz del PP en el Congreso, Dolors Montserrat, declaraba que la subasta de fármacos “provoca desabastecimiento y no permite elegir a los pacientes crónicos”.
Finalmente, la reversión de esta iniciativa de la ‘era Griñán’ será una de las primeras medidas sanitarias del nuevo Gobierno andaluz.
(Pie de foto: Marina Álvarez recoge la cartera de Sanidad de manos de su predecesor Aquilino Alonso.)
AQUILINO ALONSO: LA FUSIÓN HOSPITALARIA EN GRANADA Y HUELVA
En junio de 2015 llegaba a la consejería de Salud andaluza, Aquilino Alonso. Tomaba el cargo de manos de su antecesora con importantes retos sanitarios en Andalucía. En sus dos años al frente de la sanidad en esta comunidad autonómica, Alonso puso en marcha importantes iniciativas como el plan de estabilidad laboral, la ley para tratar la obesidad o el registro de afectados por talidomida. No obstante, tuvo que hacer frente a otros temas más delicados como la reversión de los procesos de fusión hospitalaria en Granada o Huelva.
MARINA ÁLVAREZ: HUELGAS Y OPE
La consejera de Salud Marina Álvarez, que lleva en el cargo desde junio de 2017, ha atravesado un difícil 2018. Además de la huelga de médicos de Atención Primaria que afectó al SAS antes y durante la campaña electoral, la carrera profesional y la falta de recursos han sido las quejas más habituales de los profesionales.
Tal y como denunció el Sindicato Médico Andaluz (SMA) los facultativos andaluces son los peor pagados de España y a eso se suma el déficit de profesionales. Los retrasos en la publicación de las listas definitivas de las ofertas públicas de empleo (OPE) o en los concursos de traslados, son otros de los temas que más críticas han suscitado sobre la gestión de Álvarez.
La responsable de la cartera de Salud en la Junta intentó paliar este último problema con la convocatoria in extremis de varias OPE. Una de las últimas, calificada por ella misma como "sin precedentes".