Consejo Andaluz de Enfermería: “Donde hay menos enfermeras es donde se producen más agresiones”

Rafael Campos Areválo, nuevo vicepresidente del Consejo Andaluz de Enfermería, denuncia que su comunidad autónoma es la que tiene la ratio más baja de enfermeras por habitante, lo que provoca que sus profesionales sean las que más agresiones sufren

Rafael Campos Areválo, nuevo vicepresidente del Consejo Andaluz de Enfermería (FOTOMONTAJE: ConSalud.es)
4 octubre 2024 | 07:00 h

Rafael Campos Areválo es, desde este mes de octubre, el nuevo vicepresidente del Consejo Andaluz de Enfermería (CAE). Lo hace, además, después de haber ganado en enero las elecciones al Colegio de Enfermería de Cádiz, que lidera por 18º año consecutivo y cuya experiencia al frente del mismo, asegura en una entrevista concedida a ConSalud.es, va a ser el aspecto clave que le ayude a defender a partir de ahora al conjunto de las enfermeras andaluzas: “La enfermería se puede ejercer en la planta de un hospital, pero también en los despachos luchando por la profesión. Afortunadamente, nosotros tenemos esa posibilidad”.

Y es que, si algo le ha quedado claro a Campos Arévalo durante todo este tiempo al frente del Colegio de Cádiz, es que en Andalucía hacen falta enfermeras, y muchas. En concreto, asegura, un mínimo de 20.000 para ponerse “a la altura de Europa” y “dar una respuesta a lo que realmente la población necesita de nosotros”. Solo en España, denuncia el nuevo vicepresidente del Consejo Andaluz de Enfermería, hay de media más de cien enfermeras que en Andalucía. “Somos de las comunidades con la ratio más baja de enfermeras por cada 100.000 habitantes, y hay algunas, como Navarra, que nos doblan”, critica Campos Arévalo.

"Andalucía necesitaría 20.000 enfermeras más para ponerse a la altura de Europa"

A raíz de la pandemia, reconoce el enfermero, se hizo un esfuerzo por ampliar las plantillas y por poner enfermeras en sitios clave, como los colegios, “pero sigue siendo insuficiente”. También son insuficientes las bolsas de trabajo para enfermeras especialistas, que, recuerda el directivo, directamente no existen en Andalucía.: “Tenemos enfermeras comunitarias, pediátricas, geriátricas… que están trabajando en unidades haciendo otra cosa distinta. Es un desperdicio de talento enfermero que necesitamos para la buena salud de la población”.

“Alguien debería dar explicaciones por ello, porque también supone un sobrecoste económico. No tiene ningún sentido que las enfermeras se preparen durante un año para el examen y que luego hagan dos años de formación para nada. Sabemos que están trabajando en ello, y que hay cierta sensibilidad en que esto debería ser así, pero lo cierto es que todavía no están las especialidades desarrolladas en Andalucía”, lamenta Campos Arévalo. “Es muy duro tener que decirle a alguien que lleva dos años haciendo una especialidad que cuando termine lo van a mandar a urgencias, a atención domiciliaria o a una planta de oncología, algo para lo que no se han formado y que, sin, embargo, está a la orden del día porque no hay bolsa específica”, añade.

“Es muy duro tener que decirle a alguien que lleva dos años haciendo una especialidad que cuando termine lo van a mandar a algo para lo que no se ha formado"

Andalucía está a la cola de España en lo que a ratio de enfermeras por habitante se refiere. En lo que está a la cabeza, en cambio, es en número de agresiones sufridas por sus enfermeras: según los últimos datos del Observatorio de Agresiones del Consejo General de Enfermería (CGE), correspondientes al año 2023, Andalucía prácticamente dobla, con 752 agresiones, a la segunda, Baleares, que registró 369. Después están Aragón (242), Castilla y León (232) y Galicia (212). En el conjunto nacional, las agresiones a enfermeros han aumentado en más de un 10%.

Además, uno de los últimos casos se produjo esta misma semana precisamente en la provincia de Cádiz. “Parece que, en vez de pararse el número de agresiones, están aumentando, y no solo a enfermeras. También a celadores, médicos, auxiliares… aunque la mitad de las agresiones físicas y verbales siguen siendo a enfermeras, por parte tanto de pacientes como de familiares”, indica Campos Arévalo, quien, aunque agradece las últimas medidas tomadas por parte de la Consejería de Sanidad y Asuntos Sociales hacia esta dirección (cámaras, botón antipánico…), nuevamente le parecen insuficientes. “Lo que habría que estudiar es por qué se producen las agresiones, llegar al origen. Y, evidentemente, donde menos enfermeras hay, es donde se producen más agresiones. Por eso, Andalucía tiene la mitad de toda España”, apunta.

NUEVA CONSEJERA, NUEVOS HORIZONTES

Pero un nuevo horizonte se ha abierto para el Consejo Andaluz de Enfermería con el cambio de consejera de Sanidad en la comunidad autónoma. Rocío Hernández ha sustituido recientemente en el cargo a Catalina García, y una de sus primeras medidas, destaca el también recién llegado a la vicepresidencia del CAE, ha sido volver a situar como directora general de Cuidados y Atención Sociosanitaria a una enfermera, Ana María Reales Arroyo.

“No sé si será por la añoranza de la etapa dorada de la enfermería que viví yo, cuando, entre otros proyectos, se creó la figura del enfermero de enlace entre atención primaria y hospital, pero da la sensación de que se le va a volver dar importancia al trabajo enfermero. Cada vez hay más pacientes crónicos, la gente muere más tarde, y la única respuesta somos nosotros si queremos dar respuesta al derecho a la salud que tienen las personas”, reivindica Campos Arévalo. “Nos hemos puesto a disposición de la nueva consejera, le haremos llegar todo lo que pensamos y opinamos. Pero, como decía mi abuela, dos más dos son cuatro, y está más que demostrado que reducir el número de enfermeras incrementa las complicaciones propias de la hospitalización. Es la decisión menos rentable y más arriesgada”, sentencia.

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