Comisiones Obreras (CCOO) ha denunciado esta mañana que cerca del 70 % de los hospitales públicos de Andalucía están afectados por amianto, entre ellos destacan el Hospital Regional, el Hospital Marítimo y el centro médico de Barbarela. Además del Hospital Civil.
En este último centro se ha trabajo en los últimos meses para sacar esta sustancias de sus instalaciones. “Desde CCOO valoramos esta experiencia como positiva, ya que en estos momentos se está retirando en dicho centro todo el material, y queremos que se haga extensible al resto de infraestructuras, que sea consensuado y planificado dentro de los comités de seguridad y salud de estos centros”, explican desde la organización sindical.
CCOO le da de plazo al nuevo gobierno hasta el 2040 para acabar con el amianto
Para paliar esta situación, el secretario general del Sindicato de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Málaga, Rafael González, ha solicitado hoy al nuevo Gobierno Andaluz que “tome medidas para erradicar el amianto en los centros hospitalarios antiguos, tal y como se está haciendo en los centros escolares, cuyo plan está previsto que finalice en este caso en el año 2022”.
Como fecha límite para su erradicación en los centros sanitarios, el líder sindical ha señalado el año puesto 2024 y ha afirmado que es posible su eliminación y que “esta institución puede solicitar fondos europeos para realizar los trabajos pertinentes”. También ha manifestado que “esto es urgente y viable. Se puede hacer y hay presupuesto para ello. Si se mira para otro lado no vamos a dudar en realizar medidas más contundentes para que se visualice este problema”.
A su vez, la responsable de Salud Laboral en el Sindicato de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de CCOO de Andalucía, Rosa María Martín, ha propuesto como actuaciones para desamiantar los centros sanitarios “la realización de un mapa de situación para saber exactamente dónde está el material que hay que erradicar. Esto correspondería a los servicios de mantenimiento y al personal técnico especializado”.
También ha explicado que “sería importante programar un calendario de retirada, con fechas concretas en función de la urgencia del centro, dependiendo de su estado, tiempo de la instalación, tipo de material, peligrosidad para los trabajadores y usuarios, etc.”.