El Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA) y el Hospital Regional Universitario de Málaga, junto al CSIC, son los autores de este descubrimiento. Una proteína que permite combatir las infecciones virales gracias a sus propiedades especiales. Está basada en una molécula del cuerpo humano conocida como receptor soluble de interferón beta y posee una actividad antiviral en sí misma.
En un primer momento, el objetivo de este estudio era desarrollar una proteína capaz de luchar contra la esclerosis múltiple. Sin embargo, los resultados constataron que el uso de I-SOL favorecía la desaparición de las infecciones virales. Los investigadores que trabajaron en este estudio fueron Pedro Serrano y Begoña Oliver, miembros del grupo de Neuroinmunología y Neuroinflamación del IBIMA.
Los ensayos han concluido que, la proteína I-SOL, tiene una eficacia real contra el COVID-19 y el VIH
Este estudio dio lugar a la colaboración con otras investigaciones, como las llevadas a cabo por Antonio Alcamí, miembro del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa del CSIC y las de José Alcamí y Luis Enjuanes, del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). Los ensayos han concluido que, la proteína I-SOL, tiene una eficacia real contra el COVID-19 y el VIH.
Actualmente, se están desarrollando estrategias ante nuevos tratamientos antivirales en el campo de la virología y la medicina. El objetivo es combatir la capacidad de contagio que tienen estos virus y fortalecer nuestrosistema inmunológico. No obstante, la resistencia viral y la falta de precisión en los tratamientos suponen un desafío al que todavía hay que hacer frente.
Ante esta situación, los investigadores del grupo del IBIMA, con Begoña Oliver al frente, quieren ganar la atención de las farmacéuticas y conseguir una financiación que posibilite lanzar este medicamento al mercado.