En los últimos días se ha producido en Andalucía un repunte de los casos de tosferina, infección respiratoria que afecta a todos los grupos de edad y cuya principal fuente de transmisión son los adolescentes y los adultos. Su alto índice de contagio, que se produce a través de la tos o del contacto con las secreciones respiratorias, ha llevado a distintas sociedades científicas, entre las que se incluye la Asociación Andaluza de Enfermería Familiar y Comunitaria (Asanec), a alertar sobre la necesidad de reforzar con una dosis extra la vacunación del virus.
Y es que, según refleja un informe del Centro Nacional de Epidemiología, entre los años 2005 y 2020 se produjeron un total de 43.534 casos de tosferina, que derivaron en 10.281 hospitalizaciones. De ellos, el 82,7% fueron menores de tres meses de vida. “El 90% de las hospitalizaciones se dan en niños menores de un año, con mayor porcentaje en los menores de tres meses, por presentar complicaciones graves y hasta mortalidad”, indican desde Asanec sobre una infección respiratoria endémica y con brotes epidémicos que ocurren de manera cíclica.
“El 90% de las hospitalizaciones se dan en niños menores de un año, con mayor porcentaje en los menores de tres meses"
La tosferina es una epidemia sostenida desde el año 2010. A partir de 2011, según datos del Instituto Carlos III, se declararon de promedio 4.000 casos anuales, “con un pico máximo entre 2014 y 2019”. Además, a nivel de Europa, un análisis ha demostrado cómo esta enfermedad siguió con los adultos una tendencia similar a la de los niños de cero a cuatro años entre los años 2010 y 2020: “Es decir, que está creciendo”. De ahí la importancia de la citada vacunación, puesto que, indica Eva Almán, responsable de inmunización de Asanec, la inmunidad de la población ante la tosferina se va debilitando con el paso del tiempo.
LA IMPORTANCIA DE LA VACUNACIÓN
De hecho, a pesar de disponer de vacunas con una “efectividad aceptable” y de haber alcanzado elevadas coberturas vacunales, de forma cíclica se producen brotes en países con alto índice de desarrollo humano. “Esto indica que las estrategias de vacunación actuales son insuficientes para disminuir la carga de la enfermedad en todos los grupos de edad”, se lamentan desde Asanec. “Tenemos que ser conscientes de que la incidencia real es mayor, debido a que el bajo grado de sospecha clínica determina que la tosferina en adultos quede frecuentemente sin diagnosticar, siendo la carga real de la enfermedad mayor”, insiste Eva Almán.
"Se puede realizar un aislamiento respiratorio de la persona con síntomas hasta cumplir, al menos, cinco días de tratamiento"
De esta manera, recuerda la responsable de inmunización de Asanec, las acciones preventivas contra la tosferina han de dirigirse principalmente a proteger a los lactantes menores de tres meses “y a tratar de disminuir la incidencia en los adolescentes y adultos que actúan como reservorio y fuente de infección”. ¿La clave? Cortar la transmisión manteniendo un porcentaje alto de personas vacunadas, “evitando, además, la exposición de los lactantes y otros sujetos con alto riesgo de contagio”.
Actualmente, en Andalucía se vacuna contra la tosferina a los dos, cuatro y once meses de edad, con un refuerzo posterior a los seis años. Además, como la vacunación no se inicia hasta los dos meses de vida, la estrategia para proteger a esos lactantes consiste en la vacunación sistemática frente a tosferina para todas las embarazadas tras 27 o 28 semanas de gestación. Otras medidas, recomienda Asanec, son la vacunación de los profesionales sanitarios, “especialmente aquellos en contacto directo con niños como ginecólogos, pediatras, matronas, neonatólogos y enfermeras de las unidades de cuidados intensivos pediátricas, de las de pediatría y de las de obstetricia, así como de los cuidadores de guarderías”. “Asimismo, se puede realizar un aislamiento respiratorio de la persona con síntomas hasta cumplir, al menos, cinco días de tratamiento y, en algunos casos, tratamiento de las personas que conviven con él”, concluye la Asociación Andaluza de Enfermería Familiar y Comunitaria.