La globalización y el cambio climático están haciendo que nuestro país tenga que enfrentarse a importantes retos sanitarios. Uno de ellos orbita sobre la llegada de enfermedades transmitidas por vectores como la malaria, exantemática mediterránea, dengue, fiebre del Nilo Occidental o leishmaniosis, entre otras. Unas patologías que suponen actualmente el 17% de las enfermedades transmisibles a nivel mundial y causan más de 700.000 muertes al año en el planeta, tratándose de una realidad ante la que España no se mantiene ajena.
Andalucía es una de las CC.AA. que se ha mostrado más propensas a sufrir estallidos puntuales de estas enfermedades. Durante el pasado 2023 se declararon 47 casos importados de dengue o 101 de malaria, o autóctonos como 76 por leishmaniasis o 2 por Fiebre del Nilo Occidental (FNO), que, a la postre, se saldaron con un balance de tres pacientes muertos en la región andaluza, en la mayoría de los casos con patologías previas: una por leishmaniasis (varón de 81 años), una por paludismo (mujer de 68 años) y una por FNO (mujer de 84 años).
Tiene como objetivo “proteger la salud y el bienestar de la población andaluza mediante medidas y actuaciones intersectoriales"
En esta línea, Consejo de Gobierno aprobó recientemente el I Plan Estratégico Andaluz para la Vigilancia y Control de Vectores Artrópodos con incidencia en Salud (PEVA), que tiene como objetivo “proteger la salud y el bienestar de la población andaluza mediante medidas y actuaciones intersectoriales, destinadas a reducir la incidencia de enfermedades transmitidas por vectores artrópodos -garrapatas, mosquitos como el Tigre, pulgas o piojos-, potenciando y coordinando las actuaciones de vigilancia y control en los ámbitos humano, animal y ambiental”, explica a ConSalud.es el subdirector de Protección de la Salud de la Junta, Ulises Ameyugo.
El que ha sido uno de los autores del Plan explica que las “condiciones geográficas de Andalucía”, propensa al tránsito de personas desde África, junto con la “creciente incidencia de la crisis climática” que trastoca la estabilidad en las temperaturas, han llevado a darse cuenta de que “debíamos ser proactivos y no esperar a que los brotes surgieran”. Con este fin, desde la Consejería de Sanidad impulsaron la reciente estrategia de vigilancia para “preparar nuestros sistemas en una detección y respuesta rápida frente a estos episodios”.
"La temporada de mosquitos hasta ahora era de junio a octubre, pero actualmente se ha ampliado desde abril hasta noviembre el periodo sobre el que hay que poner el foco”
La hoja de ruta establecida por Andalucía pivota sobre el eje de One Health, que engloba a todos los ámbitos que rodean a las personas y afectan a su salud. Para su elaboración se crearon grupos de trabajo específicos para cada vector. “Tenemos que analizar las estrategias desde un punto de vista muy amplio”, relata Ameyugo, por lo que han participado más de 40 expertos y gestores de riesgo de diferentes ámbitos de conocimiento como “entomólogos, médicos y epidemiólogos, químicos, farmacéuticos, veterinarios, preventivistas, microbiólogos, etc”.
SALUD Y CLIMA
Las circunstancias climáticas se presentan como un factor determinante para que estas enfermedades aumenten su incidencia. El alza de las temperaturas que se viene constatando en los últimos años es el caldo de cultivo ideal para que los organismos que transmiten dichas patologías lo tengan más fácil. “Nosotros consideramos que hay que tener más cuidado a partir de los 15 o 17 grados por la noche. Asimismo, la temporada de mosquitos hasta ahora era de junio a octubre, pero actualmente se ha ampliado desde abril hasta noviembre el periodo sobre el que hay que poner el foco”, destaca.
UN PLAN A CUATRO AÑOS
Los objetivos estratégicos del Plan, cuyo periodo de aplicación se extenderá de 2024 a 2028, son crear sistemas integrados de vigilancia; disponer de un sistema actualizado de caracterización espacio-temporal del riesgo de transmisión; identificar responsabilidades de todos los agentes implicados y establecer sus mecanismos de coordinación; disponer de programas específicos para la vigilancia y control; fomentar y facilitar la investigación en este campo; y formar e informar a los profesionales y los ciudadanos en temas relacionados con vectores artrópodos para prevenir y proteger su salud y bienestar.
"Si voy a hacer un parque con una laguna, tengo que prever que ahí conviene tener específicamente un control para evitar que esa zona se convierta en un criadero”
En este sentido, la lucha contra los vectores artrópodos pasa por medidas como la prevención desde todos los flancos, incluso desde la propia planificación urbanística de las ciudades. “Hay que analizar los sumideros y alcantarillas de las calles, que son sitios donde los mosquitos crían bastante bien. Igualmente, si voy a hacer un parque con una laguna, tengo que prever que ahí conviene tener específicamente un control para evitar que esa zona se convierta en un criadero”, ejemplifica el responsable del PEVA, quien aclara que existen “especies que proliferan más en áreas rurales y otras en urbanas”.
Del mismo modo, el subdirector de Protección de la Salud de Andalucía remarca también que, paralelamente al trabajo de la Junta con esta nueva estrategia, la labor preventiva de los propios ciudadanos para evitar aparición de brotes es crucial. “Si vives en una zona donde sabes que hay mosquitos puedes evitar las picaduras poniendo mosquiteras, apagando las luces de la terraza o empleando repelente doméstico, asimismo si sales al campo puedes emplear ropa adecuada y antimosquitos para evitar las picaduras”, recomienda. Todo suma en este ambicioso Plan para enfrentarse a unas enfermedades cada vez más comunes en España, más aún con vistas al verano.