La gestión de la atención al dolor es uno de los mayores retos que se le presentan al Sistema Nacional de Salud (SNS) y, por añadidura, a la totalidad de las CC.AA.; tratándose de todo un desafío especialmente en pacientes crónicos. De esta manera, la semana pasada Andalucía anunció la actualización de su actual estrategia para abordar esta clase de asistencia entre sus ciudadanos: El Plan de Atención al Dolor. Un nuevo cambio de paradigma para dar una respuesta más óptima y eficiente en el abordaje de las necesidades en esta clase de pacientes. Se constituye así una línea de trabajo en el que la región andaluza se ha convertido en todo un referente nacional.
Una realidad de la que se felicita el coordinador del plan, Ignacio Velázquez, quien destaca el hecho de que en la confección del mismo han formado parte muchas asociaciones y colectivos más allá de la propia Consejería de Salud y Consumo. “Resulta un hecho muy singular la acogida del Plan de Atención al Dolor por parte de todos los profesionales y sociedades científicas. Ha contado con el apoyo de facultativos, de la Sociedad Andaluza del Dolor, la Sociedad Andaluza de Neurología, la de Medicina General y la Sociedad Andaluza de Oncología Médica y la Sociedad Andaluza de Cuidados Paliativos”, remarca. Una circunstancia que ha llevado a que la estrategia marcada en Andalucía pueda aunar las distintas sensibilidades de todos estos colectivos partícipes en la misma.
“El 75% de los pacientes con dolor son atendidos y diagnosticados en Atención Primaría, que tenía vetada la derivación directa a unidades del dolor. Esto llevaba a un peregrinar de uno o dos años"
La razón que ha impulsado a los responsables sanitarios a implementar la actualización en la manera de abordar este ámbito se encuentra en la detección de las demoras que vivían estos pacientes hasta su atención en las unidades de Dolor. “El 75% de los pacientes con dolor son atendidos y diagnosticados en Atención Primaría, que tenía vetada la derivación directa a unidades del dolor. Esto llevaba a un peregrinar de uno o dos años por Reumatología, Traumatología o Rehabilitación hasta terminar finalmente en esta unidad especializada”, relata el anestesiólogo del Hospital de Guadix. Esta circunstancia implicaba una desafección del paciente con el sistema de salud, un empeoramiento de su afección y un consumo ineficiente de recursos humanos.
De esta manera, uno de los pilares de la actualización del plan pasa por la derivación de pacientes de forma directa desde Atención Primaria a las unidades del Dolor para acortar los tiempos de espera y siempre en base a unos “criterios objetivos, veraces y claros”. Unos requisitos de derivación que parecen estar dando sus frutos en el proyecto piloto llevado a cabo en la comarca de Guadix, y que esperan implantar progresivamente en toda Andalucía. “Los resultados obtenidos son bastante esperanzadores. Nuestra idea es que cuando se extienda a toda la región los pacientes con dolor oncológico puedan ser atendidos antes de 15 días, los de dolor neuropático antes de 30 días y los demás antes de 90 días, siempre y cuando cumplan los criterios marcados”, asevera Velázquez.
“El camino marcado es que todos los hospitales punteros de cada provincia -al menos uno- tenga una Unidad del Dolor nivel 3, es decir con todas las carteras de servicio para mantener una equidad en la asistencia"
Otra importante línea de actuación de la estrategia andaluza se centra en homogeneizar las carteras de servicios de las Unidades de Dolor de los hospitales del Servicio Andaluz de Salud (SAS). De este modo, se contempla que cada provincia cuente con un hospital con una unidad del Dolor completa. “El camino marcado es que todos los hospitales punteros de cada provincia -al menos uno- tenga una Unidad del Dolor nivel 3, decir con todas las carteras de servicio para mantener una equidad en la asistencia sanitaria de todos los andaluces”, relata el coordinador del plan.
Las plantillas actuales en las unidades de Dolor están compuestas en su gran mayoría por la figura de los anestesiólogos. De esta manera, la iniciativa de Andalucía persigue también la incorporación en los equipos de otras especialidades como Rehabilitación, Reumatología, Neurocirugía, Fisioterapia y Enfermería que habiliten un tratamiento más completo y faciliten una mejor continuidad asistencial. “Estos equipos transversales facilitan que se cumplimente bastante mejor la exploración, el diagnóstico y el tratamiento de los de los pacientes. El dolor es un ámbito que afecta a todas y cada una de las especialidades”, asevera el director del Hospital de Guadix.
“El 40% de los pacientes con dolor presentan un cuadro depresivo o ansioso, por lo que es fundamental el punto de vista de la humanización en la asistencia"
Este abordaje multidisciplinar del Plan de Atención al Dolor se completa con la inclusión de psicólogos en las unidades de Dolor. No en vano, lidiar con esta circunstancia para una persona genera un importante desgaste emocional; especialmente si hablamos de patologías crónicas donde la lucha se convierte en diaria para tratar de sobrellevar la incomodidad de la dolencia. “El 40% de los pacientes con dolor presentan un cuadro depresivo o ansioso, por lo que es fundamental el punto de vista de la humanización en la asistencia. El dolor crónico afecta a todas las áreas sociales que engloban a un paciente y entre ellos también los aspectos psicológicos”, remarca.
UNA ESTRATEGIA DE FUTURO
El progresivo envejecimiento de la población es una realidad innegable en España. No en vano, somos uno de los países del mundo con mayor esperanza de vida. Esta feliz noticia trae como contraprestación que las dolencias crónicas y la necesidad de atender a este colectivo irán correlativamente en aumento. Ante este porvenir, regiones como Andalucía, Ceuta y Melilla o Baleares lideran en número de unidades del Dolor por habitante, según datos del un barómetro presentado por la Universidad de Cádiz.
“Un incremento verdaderamente impresionante que refleja que la prevalencia del dolor va unida a la longevidad y nos lleva a la obligación de que esto no perturbe la calidad de vida de las personas"
Las encuesta a nivel nacional más reciente –del 2020- apuntan a una prevalencia del dolor en España del 17%, es decir, 7 millones de españoles y 1,4 millones de andaluces. Unas cifras que en los últimos años han ascendido hasta el 26% y que para el coordinador del Plan de Atención al Dolor del SAS resulta “un incremento verdaderamente impresionante que refleja que la prevalencia del dolor va unida a la longevidad y nos lleva a la obligación de que esto no perturbe la calidad de vida de las personas; por tanto, hay que mejorar nuestra calidad asistencial”.