La consejera de Salud de Andalucía, Marina Álvarez, ha destacado el “papel clave” de las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TICs) en muchos avances que se están produciendo en la sanidad pública andaluza. Durante la inauguración de las "XXV Jornadas Nacionales de Innovación y Salud en Andalucía", que ha organizado la Sociedad Española de Informática de la Salud en Torremolinos (Málaga), Álvarez ha señalado que “si algo va a caracterizar a la sanidad pública del siglo XXI, es el impacto de las TICs en los resultados en salud de las organizaciones sanitarias, inimaginable hace siquiera quince o veinte años”.
Álvarez ha destacado que Andalucía cuenta con uno de los mayores conjuntos de datos sistematizados sobre salud del mundo, la historia clínica digital, Diraya, que está implantada en el 100% de los hospitales del Servicio Andaluz de Salud, los centros de Atención Primaria y los equipos de emergencias y las farmacias andaluzas. Esto supone más de 43 millones de hojas de seguimiento en AP; 4,3 millones de pruebas analíticas, 162 millones de prescripciones electrónicas o un repositorio de más de 2.500 millones de imágenes clínicas.
El sistema de datos permite coordinar de forma precisa y personalizada los recursos mejorando la calidad de la atención
Este conjunto de datos, ha añadido la consejera, permite planificar los cuidados en el medio habitual de las personas, con una “coordinación precisa y personalizada de los recursos, a través de servicios interconectables en tiempo real, lo que aumenta la calidad de la atención y la calidad de vida, evitando desplazamientos innecesarios y, muchas veces, inadecuados para la recuperación”. Así, ha incidido en que aprovechar el volumen de información generada en de cada acto sanitario es una “obligación que tenemos para con la sociedad” y que el reto es “conseguir que toda esta información clínica digitalizada se convierta en conocimiento para la mejora de la calidad y la seguridad de la atención”.
Álvarez ha asegurado que las nuevas soluciones tecnológicas permiten generar este conocimiento y construir Sistemas de Ayuda a la Decisión (SAD), partiendo de un uso dinámico de la información registrada en la historia clínica, y así se puede poner a disposición de los equipos clínicos “toda la inteligencia existente, las alternativas adecuadas, su evaluación y comparación con posibles resultados, de manera que pueda serles útil para la toma de decisiones”.