Nuevo caso deagresión a un sanitario. En esta ocasión, la víctima ha sido un médico de guardia delcentro de saludde El Cerro de Andévalo, pueblo de la provincia de Huelva.
Según informa CSIF, la agresiónse produjo cuando un paciente acudió al mencionado centro de salud solicitando un opiáceo, el cual le recetaron. Fue entonces a la farmacia, y, al no estar de acuerdo con el tiempo de prescripción del medicamento, regresó al centro “ofuscado” y la emprendió contra el médico de guardia, atacándole con la barra de seguridad de una puerta.
El técnico de ambulancia del centro de salud se puso entre medias de ambos, siendo golpeado en el brazo por la barra. Tras los acontecimientos, la Junta de Personal de CSIF en Huelva se ha personado en El Cerro de Andévalo para recordar que “la Administración Pública tiene el deber básico de proteger el interés público o general y de esta obligación nace ineludiblemente su potestad sancionadora”.
No estaba de acuerdo con el tiempo de prescripción recetado para un opiáceo
“La Ley de Salud de Andalucía ordena los servicios y actuaciones de asistencia sanitaria pública y privada en Andalucía, articula el respeto y el cumplimiento de los derechos y obligaciones respecto a los servicios sanitarios y también recoge este régimen sancionador, que pedimos se desarrolle”, ha señalado César Cercadillo, responsable del sector de Sanidad de CSIF Huelva.
Para tratar de acabar con esta situación, CSIF ha insistido en la necesidad de que haya un vigilante de seguridad en los centros, así como la inclusión de un régimen sancionador en la Ley de Salud Pública de Andalucía.“La violencia en el ámbito laboral es inaceptable y no puede tolerarse bajo ningún concepto. Los trabajadores y trabajadoras tienen derecho a desempeñar sus labores en un entorno seguro y libre de violencia y agresiones”, exigen desde el CSIF.
Y es que, como recuerdan, 544 de las 1.491 agresiones registradas por el SAS en 2022 (un 36,4%) han sido por exigencias de los usuarios. Demandar atención fuera de cita programada, demandar atención para un familiar o exigir un tratamiento distinto del prescrito por el facultativo son algunos de los ejemplos que expone el CSIF.
Volvemos a la casilla de salida con una cifra de agresiones similar a la de 2019
“Volvemos a la casilla de salida, a una cifra similar a la que teníamos en 2019 (1.524), con lo que una vez más ponemos el grito en el cielo porque además hay muchas agresiones todos los días que no se comunican al centro por la normalización de dichas conductas”, indican, añadiendo que “que no se pueden normalizar bajo ningún concepto este tipo de conductas”.
“Las agresiones físicas y psíquicas que sufrimos diariamente todos los empleados y empleadas públicas, hace necesario una adecuación urgente que actúe como medida disuasoria frente a conductas reprobables e intolerables. Nada justifica el uso de la violencia hacia un profesional de la sanidad”, reclaman. “Entendemos que la Administración debe incorporar un expediente administrativo e imponer sanciones administrativas adecuadas”, concluyen, lamentando que “ningún responsable sanitario de la Administración ha acudido”.