Las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla adolecen a veces de la atención que se les presta a otras grandes regiones españolas; sin embargo, al igual que la mayoría de CC.AA., ambas localidades vivirán el próximo 28 de mayo unas elecciones municipales para elegir su nueva asamblea. Lo que los ceutíes y melillenses no podrán votar es quién marcará los designios de su Sanidad. La peculiaridad de estos territorios reside en que la gestión de su salud depende del Ministerio de Sanidad, a través del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA). Este organismo es el encargado de marcar las decisiones y medidas a aplicar en ambas ciudades en relación a este ámbito.
El ministro de Sanidad, José Manuel Miñones, se ha felicitado recientemente, en el marco del Senado, por el hecho de que las tasas de pacientes en listas de espera y el tiempo que deben aguardar para recibir atención médica en Ceuta y Melilla “prueban la buena salud” de su sanidad pública. Del mismo modo, aseguró que “el número de plazas MIR por cada 100.000 habitantes se sitúa por encima de 25, únicamente por detrás de otras cuatro comunidades autónomas”. Un optimismo que, en cierto modo, choca con las necesidades y retos que deben afrontar las ciudades de cara a la nueva ‘legislatura de Ingesa’.
DÉFICIT DE PROFESIONALES
Sin ir más lejos, los datos del propio Ministerio de Sanidad reflejan la principal carencia de la sanidad pública de estas localidades: la falta de profesionales. De esta manera, se estima que Ceuta y Melilla –junto a Baleares- presentan la menor tasa de médicos de Atención Primaria por cada 100.000 habitantes, con 0,64 y 0,65 facultativos. Las enfermeras de Atención Primaria también son bien necesarias al otro lado del estrecho, siendo los segundos territorios con menos efectivos (0,55 por cada 1.000 habitantes). En lo que respecta a los ratios de personal médico de atención especializada también presentan los peores datos de España –tras Andalucía- con 1,54 médicos en Melilla y 1,67 en Ceuta por cada 1.000 habitantes.
La carencia de médicos lleva a plantillas estructurales insuficientes, tanto en Atención Primaria como Especializada, desemboca en puestos sin cubrir y provoca este exceso de demanda de pacientes sin cubrir
Una amplitud de plantillas que no ha logrado engrosarse en los últimos años y que ha dificultado a los territorios recuperar el pulso de sus sistemas sanitarios tras el golpe infligido por la pandemia de Covid-19, que no pasó de largo de estas ciudades españolas del norte de África. La estela del coronavirus ha dejado hasta la fecha 195 fallecidos en Ceuta y 170 en Melilla; sobre unas poblaciones de 82.147 y 82.810 habitantes, respectivamente. En cierto modo, el aislamiento geográfico de ambos enclaves corrió a favor de contener los contagios, pero no evitó una sobrecarga asistencial en sus centros de salud que aún persiste.
De esta manera, la carencia de médicos lleva a plantillas estructurales insuficientes, tanto en Atención Primaria como Especializada, desemboca en puestos sin cubrir y provoca este exceso de demanda de pacientes sin cubrir. Una escasez de recursos humanos que a corto y medio plazo pasará por reforzar el personal médico y de profesionales sanitarios en general, así como lograr estabilizarlos.
EQUIPARACIÓN EN LAS CONDICIONES
En los últimos tiempos los trabajadores sanitarios han venido reclamando a lo largo de todo el país respuesta a sus diferentes reivindicaciones, lo que ha llevado a numerosas protestas y huelgas. El caso de las ciudades autónomas no ha sido una excepción. No en vano, en la actualidad se vive una huelga de facultativos especialistas tras la negativa a negociar por parte del Ingesa. Reclamaciones profesionales de mejora laboral y asistencial que vienen de lejos. El propio presidente del Sindicato Médico de Melilla (SMM), Leopoldo Rodríguez, confesó recientemente a ConSalud.es que Ceuta y Melilla continúan siendo tras más de 20 años “dos islas sanitarias” con respecto a la península.
Las principales demandas de los sanitarios ceutíes y melillenses van en la línea de la necesidad de equiparar sus condiciones laborales a las de sus homólogos de otras CC.AA.
Las principales demandas de los sanitarios ceutíes y melillenses van en la línea de la necesidad de equiparar sus condiciones laborales a las de sus homólogos de otras CC.AA. Algo que impide la llegada de facultativos a estas regiones y dificulta la fidelización del talento en estas zonas. Afrontar este reto por parte de Ingesa serviría para evitar el problema de la falta de profesionales de la que tanto adolecen sus sistemas sanitarios.
Se trata de dos ciudades donde, por norma general, los profesionales no encuentran aliciente para desarrollar su trabajo. A este respecto, el presidente de SMM señalaba que a sólo 40 minutos en barco de la península –en Andalucía- los trabajadores de Ceuta y Melilla podían “acceder a contratos por periodos de ocho meses o un año, en lugar de los de uno o dos días” lo que les está llevando a marcharse para buscar una mayor estabilidad laboral.
ÁREAS DE DIFÍCIL COBERTURA
Por parte del Gobierno de España, responsable final de la gestión sanitaria de Ceuta y Melilla, se aprobó recientemente el reconocimiento de ambas ciudades como “áreas sanitarias de difícil cobertura”, una denominación que recogió en el BOE el pasado 21 de febrero. Con esta medida el Gobierno pretende adoptar un paquete de medidas de refuerzo de plantillas en el sistema sanitario de ambas ciudades; incentivos para fidelizar al personal sanitario existente y captar a nuevos profesionales. Unas pautas que se dieron a conocer en el marco del último Consejo Interterritorial del SNS presidido por Carolina Darias el pasado 17 de marzo. El directora general de Ingesa, Belén Hernando Galán, será quien deberá abordar los retos futuros de estos dos territorios en la próxima legislatura sanitaria.