El Colegio de Veterinarios de León ha enviado una carta al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, expresando su “desacuerdo, malestar e inquietud general” ante los cambios normativos que afectan a los profesionales clínicos de animales de compañía. En el centro de las críticas se encuentra el sistema Presvet, una base de datos impulsada por el Ministerio que ahora obliga a registrar el uso de antibióticos en la práctica veterinaria.
Los veterinarios recalcan su compromiso con el uso responsable de los medicamentos y recuerdan que, como sanitarios, “son los primeros interesados en garantizar el buen uso de los medicamentos veterinarios y en especial de los antibióticos, ya que, como garantes que son también de la salud pública, trabajan no solo por la salud de sus pacientes, sino también por la del conjunto de la sociedad”.
El Colegio reconoce la necesidad de un control en el uso de los antibióticos, pero defiende que los veterinarios ya aplicaban criterios estrictos para evitar resistencias. “Entendemos la necesidad –prosigue el texto– de garantizar un uso responsable de los antibióticos, como ya hemos venido haciendo, asegurándonos de dosificar correctamente según el peso y las necesidades específicas de cada paciente, evitando sobrantes innecesarios y minimizando las resistencias, actuando siempre según nuestro código deontológico”.
“Presvet genera una gran carga administrativa y cada día nuestros colegiados presentan más quejas”
Uno de los principales problemas señalados es la carga administrativa que impone Presvet, lo que genera un incremento de las quejas entre los colegiados. “Presvet genera una gran carga administrativa y cada día nuestros colegiados presentan más quejas”, denuncian en la carta, en la que detallan los principales obstáculos que han encontrado desde la entrada en vigor de la nueva normativa en enero.
Además, critican que el sistema restringe la autonomía de los veterinarios en la toma de decisiones sobre los tratamientos más adecuados para cada paciente. “Debe ser del profesional veterinario” la decisión de “qué antibiótico debe administrar o prescribir en cada momento, a qué dosis, para qué indicación y la duración del tratamiento”, argumentan. También advierten que la imposición de pautas rígidas puede poner en peligro la vida de los animales, al retrasar el acceso a tratamientos más efectivos.
“Aunque el sistema Presvet no va contra el criterio clínico, nos obliga a justificar la necesidad de uso de cada antibiótico que utilicemos o prescribamos, y aunque no obliga a esperar resultados de pruebas, nos obliga a pautar primero un antibiótico del grupo D; si no funciona, pasaríamos al grupo C y así sucesivamente”, explican. Esto, alertan, puede derivar en que “un proceso patológico grave o urgente que se podría haber solucionado con unos días de un determinado antibiótico o combinación de varios, o bien no se solucione o fallezca el paciente mientras esperamos los resultados de las pruebas que justifiquen su uso”.
“Sólo generan miedo en los profesionales, limitan el criterio clínico y nos convierten en meros administrativos de un protocolo estándar que en la mayoría de las ocasiones no es efectivo”
Otro aspecto criticado es el régimen sancionador de la normativa, que califican de “desproporcionado” e “injusto”, ya que penaliza a los veterinarios por errores administrativos y limita su capacidad de decisión. “Sólo generan miedo en los profesionales, limitan el criterio clínico y nos convierten en meros administrativos de un protocolo estándar que en la mayoría de las ocasiones no es efectivo”, advierten.
El Colegio también destaca que el nuevo sistema impone costes inasumibles para muchos propietarios de mascotas, lo que dificulta el acceso a tratamientos adecuados. “En un escenario teórico, lo ideal sería realizar siempre un antibiograma. Pero en el mundo real, si un cliente rechaza pruebas necesarias y el tratamiento con antibióticos del grupo D no es efectivo, no tenemos margen de actuación”, subrayan.
Por todo ello, los veterinarios leoneses solicitan que se modifique el sistema o se diseñe uno nuevo que garantice un control “real y efectivo” del uso de antibióticos sin interferir en la labor clínica. Mientras tanto, reclaman la suspensión cautelar de Presvet hasta que se implemente una solución “adaptada a la realidad de la clínica veterinaria de las mascotas” y que respete la autonomía profesional. También exigen que el nuevo sistema “sea más eficiente y compatible con la práctica clínica diaria”, y que se base en la confianza en los veterinarios y en el cumplimiento de su código deontológico.