Prácticas de Veterinaria en Mozambique: “Te obliga a ingeniártelas con lo poco que tienes”

A punto de finalizar su trabajo de fin de Grado de Veterinaria en la Universidad de Zaragoza, Eva Espés nos cuenta su experiencia de prácticas de cooperación en Mozambique

Eva Espés con el equipo veterinario del Hospital Escolar Veterinario de Maputo. (Foto: Cedida a Animalcare)
Eva Espés con el equipo veterinario del Hospital Escolar Veterinario de Maputo. (Foto: Cedida a Animalcare)
9 septiembre 2024 | 12:25 h

“Con el corazón en la mano”. Así es como volvió Eva Espés de Mozambique tras sus prácticas de cooperación como veterinaria, impulsadas por los Programas de Ayudas para Prácticas Internacionales de Cooperación Universitaria al Desarrollo de la Universidad de Zaragoza. Esta beca ofrece a los estudiantes de cuarto y quinto año de Veterinaria la posibilidad de desplazarse a otros países a realizar, como máximo, tres meses de prácticas. “Este año era mi última oportunidad y tuve la suerte de que me la concediesen”, relata Espés en una entrevista para Animalcare.

De cinco plazas que ofrece este programa de ayudas, una llevaba el nombre de Eva. En ese momento, comenzó el rumbo de la estudiante hacia Mozambique, un país que la movió por “el intercambio cultural y el desarrollo personal” que podía ofrecerle. Pero esta no ha sido la primera vez que Espés disfruta de unas prácticas como veterinaria en otro país. Ya el año pasado, la estudiante pudo desplazarse a los Alpes italianos donde desarrolló una práctica de Movilidad Rural.

Pero sin duda, la experiencia en el Hospital Escolar Veterinario de Maputo con la Universidad de Eduardo Mondlane ha sido “lo más impactante” para ella. Desde el primer momento, Espés fue muy bien recibida y pudo disfrutar de lo que más le gusta: trabajar de veterinaria en contacto con el campo y la naturaleza. “La directora del hospital me consiguió varios contactos de veterinarios que me llamaban cada vez que tenían una salida al campo”, comenta.

Esta experiencia ha sido “un poco de todo”. “He salido al campo, he estado con pequeños y grandes rumiantes, he hecho laboratorio, clínica y reservas naturales”, puntualiza la estudiante del último curso de Veterinaria. Sin duda ha sido una experiencia todoterreno que a Espés le ha enseñado cómo es trabajar en el sector con tan pocos medios.

“Yo tenía que operar caballos sin guantes; hemos reutilizado agujas; hemos tenido que hacer sedaciones y anestesia solo con ketamina, porque no había acceso a opioides”

De hecho, la estudiante cuenta que no tenían prácticamente medios para trabajar. “En Zaragoza tenemos guantes, agujas y  todo tipo de material que necesita un veterinario para poder trabajar”. “Allí no teníamos prácticamente nada, porque no hay dinero para poder comprarlo”, sostiene. “Yo tenía que operar caballos sin guantes; hemos reutilizado agujas; hemos tenido que hacer sedaciones y anestesia solo con ketamina, porque no había acceso a opioides”. Esta situación “te obliga a discurrir y a ingeniártelas para poder trabajar con lo poco que tienes”.

Sin embargo, esta falta de recursos ha obligado a los veterinarios de Mozambique a desarrollar otras habilidades. “Tienen muy pocos medios, pero son muy inteligentes”, indica la estudiante de UNIZAR. “No tener medios los ha obligado a desarrollar otras habilidades y otros métodos para poder trabajar igual que nosotros en España, pero con la mitad de recursos”, continúa.

Y cuando hablamos de falta de recursos, también hablamos de la escasez de vacunas para prevenir enfermedades. Y es que, como nos cuenta Eva, la incidencia de las enfermedades zoonóticas es muy grande. “Allí es una lucha constante entre médicos y veterinarios”, indica la estudiante. De hecho, las vacunas que reciben son gracias a la financiación de laboratorios como MSD, que ofrecen campañas de vacunación, por ejemplo, contra la rabia.

UNA EXPERIENCIA ÚNICA

Disfrutar de esta beca durante 45 días en Mozambique ha sido “un choque muy grande”, pero también “una experiencia única”, como explica Espés. La estudiante se enfrenta ahora al Trabajo de Fin de Grado con el que pondrá fin a estos cinco años de carrera universitaria. “Me hubiera gustado quedarme un poco más, pero ahora mismo no podía ser”, comenta. “Pero sé que volveré, lo tengo muy claro”.

"Yo no soy la misma Eva que se fue"

Ha sido una experiencia tan grande que Espés recomienda a cualquier estudiante que tenga esta oportunidad que se lance a la piscina. “Si tiene esta oportunidad delante, que se vaya”. “Yo no había pisado nunca África, pensaba que la barrera del idioma iba a ser muy grande, y para nada ha sido así”, asegura, “las personas te acogen muy bien y cuando estás allí disfrutas al máximo de la experiencia”. “Es una experiencia que te hace crecer personal y profesionalmente, lo mejor para cerrar una experiencia universitaria. Yo no soy la misma Eva que se fue”, concluye.

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